La vejez no debe significar jamás inactividad, al contrario, es una etapa de la vida en la que hay que disfrutar de sus placeres, llevando hábitos sanos y activos, afines con las habilidades personales
Una vida sana y longeva no debe estar reñida a la merma de las actividades físicas, sociales, culturales y de práctica de habilidades que tengan las personas. Pensar en la tercera edad debe ser un síntoma de júbilo y alegría, ya que significa haber adquirido experiencia y saber, sobre todo, lo que se quiere y lo que no. En ese sentido, especialmente para las mujeres, puede servir para dignificar ciertas partes de su desarrollo humano que, por circunstancias, en otras etapas no han podido disfrutar. Por ejemplo, la autonomía a la hora de tomar decisiones, ser dueñas de sus propias agendas sociales, sin tener que contar las obligaciones que, generalmente, le han sido otorgadas, como la crianza y la educación de los hijos o llevar el hogar hacia delante.
Es por eso que, en esa nueva etapa vital, considerar la estancia en una residencia ancianos Barcelona puede suponer toda una aventura y, por supuesto, esa liberación tan deseada. Contar con un círculo de amistad de personas con las mismas inquietudes y en las mismas circunstancias ayuda a mantener activa la mente.
Mejora de la salud de mujeres mayores en residencias
Además, para la salud de estas mujeres es todo un revulsivo compartir espacios físicos y de interés con otras personas que han tenido sus mismas vivencias. Además, en el plano psicológico y de salud mental pueden aumentar su autoestima, autoconocerse a través de las técnicas terapéuticas aplicadas y al fin de barreras sociales y morales impuestas. Abrir su autoconocimiento, las hace más valiosas y más felices.
Existen otros ámbitos importantes como el hecho de reforzar la memoria, la cognición, la coordinación y la capacidad de relacionar conceptos. Para ello, el trabajo que se realiza en los centros de dia Barcelona suponen un enorme revulsivo para los usuarios que disfrutan de sus servicios. Los equipos de psicólogos, terapeutas y personal clínico y de animación harán que a través de divertidas actividades se mantenga la salud cognitiva de estas mujeres.
Respecto a la cuestión física, acceder a prácticas deportivas impensables como la gimnasia o la terapia en el agua, abre un campo infinito para mejorar traumas, enfermedades de huesos, la movilidad física y alcanzar una mejor autosuficiencia.
La socialización y sentirse útil hasta el final
No se trata solo de mantener una vida activa en lo físico y mental, sino en desarrollar espacios en los que las mujeres de la tercera edad se sigan sintiendo útiles y válidas en la sociedad. No perder ese gran legado que han dejado y transmitir sus enormes conocimientos en actividades que van de lo cotidiano, a la tradicional, pero también, en ocasiones, adelantándose a los tiempos. Por eso, crear espacios seguros de debate, compartir experiencias, ser partícipes en talleres, charlas, coloquios también es una forma de fomentar la salud y el bienestar de estas personas.
Es, por supuesto, dar cabida social a una generación que tiene mucho que aportar. En este tipo de centros existen convenios de colaboración con entidades públicas y privadas que fomentan estos foros y que sirven para darles el lugar que merecen.
Revisiones médicas periódicas y buena alimentación
Además de todo lo anterior, el ámbito puramente clínico es esencial. Por eso, las visitas periódicas a los especialistas, seguir los tratamientos farmacológicos tal como están prescritos y acudir a las revisiones ayuda a que se puedan detectar con antelación posibles síntomas o patologías que se pueden corregir. Eso ayuda a una mejor salud física que influye en el resto del bienestar.
Por otro lado, no hay que olvidar que una alimentación rica y variada, también ayuda a que el organismo responda mejor y con más herramientas. Los nutricionistas de los centros de día y de las residencias elaboran menús equilibrados y enriquecidos para que los residentes adquieran todas los beneficios de una buena alimentación.
En definitiva, las mujeres, cuando llegan a la tercera edad deben disfrutar de la vejez y de una etapa crucial en sus vidas. Un estadio último que se debe disfrutar al máximo, de manera activa y en las mejores condiciones físicas y mentales para legar un testamento vital de primer orden.
