Viajar nos transforma, nos hace encontrarnos con nosotros mismos, nos permite conocer otras culturas y valorar lo que tenemos. Es por eso que nada permanece igual después de un viaje. A la mayoría nos encanta viajar y aprovechamos cada hueco que tenemos para hacerlo. Nada más que se aproximan las vacaciones, buscamos parejas, amigos e hijos con los que planear una escapada, pero sin embargo casi nunca nos permitimos un viaje más íntimo con nuestra madre, a pesar de que existen muchos motivos para hacerlo al menos una vez al año:
- Hará más fuerte vuestra relación. Si tu madre vive lejos y no las ves tan a menudo, un viaje os ayudará a conectar de nuevo a niveles más profundos, no estaréis con distracciones, tendréis todo el tiempo para disfrutar y conocer más la una de la otra. Además, los recuerdos que tendréis serán inolvidables.
- Conocer a tu madre siendo adultas es una de las experiencias más bonitas y diferentes para las dos. Ahora no tiene que cuidarte como lo hacía antes, así que podrás conocer su lado libre, contaros cosas que jamás habíais hablado y saber lo que tu madre hacía antes de ser madre.
- Un viaje te dará más razones para amarla. No importa cómo sea tu mamá, seguro que hay cosas que te hacen reír a carcajadas de ella, o cuando es tan despistada que se pierde en algún lugar. Es un momento perfecto para tratarla más como amiga y quererla todavía más.
- Te darás cuenta del amor que hay entre ambas. Porque no te dirá que no, te acompañará a conocer los lugares más extraños aunque se sienta cansada, dejará que te comas la última cucharada del helado y te tomará mil fotos porque sabe que eso te hace feliz, y aunque ahora seas adulta, seguirá cuidándote.
Hay muchos motivos por los que viajar con tu madre al menos una vez al año, así que os animamos a que cuadréis agendas y planifiquéis el próximo destino.