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Modesto Clemente, policía local y Leticia López, enfermera; la voz de nuestros héroes anónimos

Modesto Clemente, policía local y Leticia López, enfermera; la voz de nuestros héroes anónimos

No se pueden quedar en casa. El Real Decreto que prohíbe determinadas actividades especifica la obligación expresa para continuar con las suyas, pero es que además, ahora más que nunca necesitamos de estos profesionales, que aunque no hubiese ningún decreto, están entregados en cuerpo y alma a la causa. Personal sanitario y operativo de los centros de salud y hospitales, Guardia Civil, Fuerzas Armadas, Policía Nacional y Policía Local salen cada día a nuestras calles por el bien de todos aún a riesgo de poner en peligro sus propias vidas. El enemigo es común e invisible, aunque esté dejando estragos a su paso; el Coronavirus.

Cada tarde reciben el aplauso de la ciudadanía desde las ventanas y balcones de todo el país. Parece que ha hecho falta esta tragedia para que reparemos en lo importantes que son y lo que hacen para toda la sociedad. Ellos están trabajando para cuidarnos a todos y lo único que piden es por encima de los aplausos, que seamos responsables y pongamos cada uno de nosotros de nuestra parte. Hacer un bien por la humanidad nunca fue tan sencillo, solo hay que quedarse en casa. Ellos no pueden, ni deben, pero es que tampoco quieren. En estos días sus vocaciones alcanzan su sentido máximo.

No podemos entrevistarlos a todos, pero sirvan Modesto Clemente, agente de la Policía Local de Fuengirola y Leticia López, auxiliar de enfermería, para dar voz y poner cara a la labor que están desempeñando héroes y heroínas anónimos en todo el país.

 

Modesto Clemente, funcionario de Policía Local

Modesto Clemente es funcionario de Policía Local en el Ayuntamiento de Fuengirola. Se han suspendido vacaciones, se han reducido al mínimo las horas de descanso y su labor a día a hoy es crucial para que se haga cumplir las normativas dispuestas por la crisis del Coronavirus. Deberíamos confiar en que todos estamos concienciados y voluntariamente, porque es nuestro deber para frenar esto, que nos quedásemos en casa a pesar de las consecuencias económicas que va a tener. El bien común, por encima del individual, pero por desgracia no en todos los casos es así.

El agente de policía local, Modesto Clemente, es además padre de un chico de 16 años que cada día se queda en casa con la preocupación de que su padre no se contagie. “Mi familia preferiría tenerme en casa, pero saben las consecuencias de mi profesión y lo asumen como pueden”, asegura.

Modesto está viviendo esta situación con preocupación, como sus compañeros, pero procuran en todo momento que lo que se les contagie sea el ánimo.

«Ahora es el momento de dar la cara»

El miedo siempre está, pero se vence sabiendo que ahora, más que nunca, su trabajo, su vocación, cobra un sentido más elevado: “La plantilla ha asumido la gravedad de la situación con profesionalidad, nos han eliminado permisos, vacaciones y descansos, estamos realizando dobles turnos cuando se nos requiere y no hay quejas, ahora es el momento de dar la cara, no hay otra opción”.

Modesto Clemente junto a algunos de sus compañeros

Le preocupa especialmente su madre, a la que no ve desde hace más de 10 días. Como otros muchos mayores está respetando la cuarentena encerrada en casa y sin tener contacto con nadie que pueda infectarla. Aún así, el agente Clemente, asegura que al menos la Policía Local de Fuengirola está bien protegida en el desarrollo de sus funciones: “Nos han dotado de los medios adecuados, tenemos mascarillas con filtro, guantes, gafas y mono de auto-protección, y realizamos un curso de formación antes de entrar en estado de alarma”.

Las calles se han vaciado pero aún hay personas que las transitan, unas veces con motivos reales y otras, inventados. Es complicado para todos estar confinados, muchas veces en pisos pequeños sin ningún espacio exterior para estirar las piernas o respirar un poco de aire fresco. Eso está llevando a que como agente esté viviendo escenas pintorescas: “Hay perros que no han salido tanto en su vida, y nunca vimos tantas bolsas de la compra en la mano, sobre todo a las personas mas mayores”.

«Hay perros que no han salido tanto en su vida»

España ha demostrado que es un pueblo solidario, pero también con picaresca. Hay quien sale con la bolsa de la compra ya desde casa. Y sí, es un acto de irresponsabilidad, pero en tiempo de coronavirus también se agudiza la empatía. Una empatía que la población les demuestra:  “En general nos tratan muy bien, nos dan las gracias y aplauden nuestro esfuerzo, pero como siempre existe una minoría irresponsable que parece que esta alarma sanitaria no va con ellos”.

Y allí están ellos, agentes que tienen nombres y apellidos, familias en casa y preocupaciones, para actuar. Lo primero es advertirles de que no lo están haciendo correctamente y lo segundo, y por el bien de todos, sancionar su comportamiento si no es el correcto.

 

Leticia López, enfermera

A alguien a quien deben dejar transitar libremente, cuando va y vuelve de su puesto de trabajo es a Leticia López, auxiliar de enfermería. Ella, sus compañeras y compañeros, todo el personal sanitario y de operativa de los hospitales se han convertidos en héroes y heroínas. No llevan capa, y a duras penas mascarillas. Si al principio no éramos del todo conscientes de esta situación, ni de la gravedad de la misma, hoy el colapso de los hospitales ya es una realidad.

Leticia está trabajando en turnos que van desde las 14 horas si es de día a 10 horas si es en horario nocturno. Y así un día tras otro y en jornadas en las que apenas hay un momento para el descanso. Aún así va cada día a trabajar con la misma disposición y las mismas ganas. No quiere ni se permite tener miedo a un posible contagio del COVID-19: “ Voy a trabajar sin miedo a infectarme, he estado con pacientes con patologías muy agresivas que de haber sido infectada no lo hubiese contado, esta vez estamos ante un virus desconocido y muy contagioso, pero hay enfermedades más letales”.

Su familia sí está preocupada por ella, aunque entienden también que va asociado a su profesión: “En casa se esta viviendo con preocupación, aunque como personal sanitario sabemos lo que hay que hacer y hemos tenido entre manos muchas cosas delicadas, siempre intentamos mantenernos a salvo, a nosotros y a nuestras familias”.

“Los aplausos y el agradecimiento se notan»

Leticia, al igual que el resto de profesionales sanitarios, agradece las muestras de cariño que están recibiendo. Los aplausos en los balcones y los reconocimientos en las redes sociales hacen que sea más sencillo soportar el cansancio, y espera que esa admiración que ahora se ha generado se transforme en respeto y se mantenga cuando pase todo esto: “Los aplausos y el agradecimiento se notan. Los que nos dedicamos a esta profesión lo hacemos sin esperar reconocimiento alguno, es algo vocacional, pero hay que reconocer que algo así nunca pensamos que pasase y se te ponen los vellos de punta cada día.

«Nunca somos el enemigo»

En la Sanidad, y concretamente en los servicios de urgencias, se suelen vivir situaciones de estrés, y se dan por desgracia agresiones tanto físicas como verbales; esperamos que esto sirva para que a algunas personas no se les olvide que estamos para ayudarles, nunca somos el enemigo”.

Está claro que no lo son. Ahora se han convertido además en la única cara amiga que ven los infectados en los hospitales. No pueden recibir visitas, pero los sanitarios siguen ahí, guardando las medidas de seguridad, pero cerca, muy cerca de ellos y haciendo todo lo posible para que se recuperen.

Algo que nos ha demostrado esta crisis, y que esperemos no olvidemos después, es que los servicios de urgencias están solo para cosas realmente importantes. Si antes hacíamos uso de este servicio para cualquier nimiedad ahora intentamos no acercarnos. Incluso si podemos presentar los síntomas del coronavirus se nos pide que nos aislemos en casa.

“La gente esta concienciada, es cierto que cada día vemos algún caso que se sale de la normativa que tenemos en este momento, pero la mayoría de la gente está realmente en casa y los que acuden a urgencias son los que de verdad necesitan venir y vienen muy protegidos, con sus mascarillas y hasta con guantes, saben que van a un lugar que ahora mismo es mas un foco de infección que otra cosa”, comenta la enfermera.

Salud Responde ha habilitado en su APP un test donde los ciudadanos podemos comprobar si nuestros síntomas pueden ser los del coronavirus y se han abierto teléfonos a los que llamar para comunicarlo y resolver nuestras dudas. Todo para evitar que ante cualquier mínimo síntoma terminemos en las urgencias de hospitales y centros de salud. Recordemos que además de este dichoso virus continúan atendiendo a personas con otras patologías y enfermedades. Y en la mayoría de la población el COVID- 19 cursa como una gripe común.

«A nosotros nos toca en primera línea de batalla»

“A la gente les diría que sigan las recomendaciones del Ministerio de Sanidad, que los que puedan quedarse en casa lo hagan, que si salen se protejan. Sabemos que no es fácil pero ahora es lo que toca, entre todos tenemos que sacar la situación adelante, a nosotros nos toca en primera línea de batalla y a ellos quedarse en casa para conseguir frenar lo máximo posible la propagación del virus”, esa es la recomendación de Leticia.

«Está habiendo una ola de amor que era necesaria»

Aunque está metida de lleno en su trabajo, a Leticia también le quedan momentos para la reflexión sobre lo que estamos viviendo. Una situación excepcional que nos mantiene a todos en vilo y en la que tenemos la sensación de que además de vivir una película de ciencia ficción y de que cuando esto pase, algo va a cambiar: “ No quiero dejar de pasar la oportunidad para decir que me encantan las miles de iniciativas que están teniendo en las comunidades de vecinos y a través de las redes sociales. Muchos necesitaban frenar su actividad para reencontrarse con su vida, y creo que a pesar de todo, está habiendo una ola de amor que era necesaria. Ahora solo espero que todo esto pase cuanto antes y volver a la normalidad, aunque creo que ninguno volveremos a ser los mismos después de esta experiencia”.

Y no, no volveremos a ser lo mismos, y por el bien de todos, ojalá no se nos olvide lo que estos profesionales han hecho por nosotros.

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