La situación de confinamiento que se está viviendo en todos los hogares españoles ha supuesto un cambio brusco en el estilo de vida y es algo totalmente desconocido en los hábitos de comportamiento. Según el coordinador del Servicio de Atención Psicológica de la UMA, Miguel Ángel Rando, esta nueva situación puede, por tanto, afectar directamente en el estado de ánimo.
Mantener una rutina
Su recomendación es mantener una rutina de trabajo o de tareas dentro del confinamiento, adaptada al nuevo escenario. “Los humanos funcionamos muy bien con rutinas conocidas y, aunque es la primera vez que estamos viviendo un estado de este tipo, es aconsejable, por ejemplo, mantener un horario de trabajo lo más estable posible, habilitar una habitación o zona concreta en la casa o cambiarnos de ropa antes de ponernos a trabajar delante del ordenador, en lugar de quedarnos en pijama”, explica Rando, que también destaca la necesidad de establecer periodos de descanso, ya que el trabajo frente a una pantalla es monótono y cansa más.
Estructura de funcionamiento
En este sentido, el experto añade la importancia de distribuir el día en diferentes tareas: profesionales, domésticas y sociales, manteniendo una cierta disciplina, pero sin ser esclavos del reloj ni de la planificación, sino simplemente como estructura de funcionamiento.
Socializar y momentos de soledad
Superada casi la segunda semana de aislamiento, Rando señala que probablemente muchas de estas primeras tareas propuestas ya se hayan concluido, por ello insiste en la importancia de emprender nuevos proyectos, en especial, actividades que requieran atención y concentración y que fomenten el contacto social, bien en familia como hacer un puzzle, ver series o escuchar música, o través de las nuevas tecnologías, manteniendo la comunicación con amigos. “No hay que olvidar tampoco buscar momentos de soledad, estar a solas nos vendrá bien y nos hará reconfortarnos”, añade.
Ansiedad
A pesar de todas estas medidas para paliar los efectos del confinamiento, el psicólogo asegura que los síntomas de ansiedad (irritabilidad, insomnio, agitación…) aparecerán, puesto que nos enfrentamos a una situación desconocida para la que no se estábamos preparados. En este sentido, informa de que es normal que se manifiesten estos síntomas y que lo importante es admitirlos y no interpretarlos como una señal de empeoramiento ni, mucho menos, de enfermedad.
Actividades que nos relajen
Asimismo, anima a combatir esto y la continua exposición a la información, que puede provocar inquietud, de la misma manera: “Se puede probar a realizar actividades distintas: por ejemplo, la relajación o la meditación; o simplemente mediante hábitos que provoquen un estado de calma como leer, oír música, etcétera”.
Desde la UMA, por otra parte, ha puesto a disposición una serie de recomendaciones para las personas mayores ante esta situación provocada por el COVID-19 y continúa trabajando con propuestas para ocupar el tiempo libre y evitar el miedo.