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Glashütte, Breguet y Omega, el evento más exclusivo de Tourbillon Puerto Banús

Glashütte, Breguet y Omega, el evento más exclusivo de Tourbillon Puerto Banús

La exclusividad y el servicio personalizado son la base de Tourbillon Boutique Puerto Banús. La firma está ubicada estratégicamente en las zonas comerciales de lujo más importantes del continente como Lugano o Lausana en Suiza, Porto Cervo en Italia o Moscú y San Petersburgo en Rusia. Entrar en ellas es sumergirse en un mundo en el que la medición del tiempo se transforma en arte y los relojes que se exhiben tienen la categoría de joya. Las marcas más exclusivas se encuentran en sus vitrinas esperando a marcar los grandes momentos de los que tendrán el honor de llevarlos en sus muñecas. De padres a hijos y de madres a hijas y nietas pasan en los legados familiares. 

Tres de estas marcas han presentado sus últimos modelos en la boutique de Banús donde su directora, Carla Hijma, recibió a algunos de sus clientes más selectos. Un evento muy exclusivo en el que sólo una veintena de invitados pudo disfrutar de los sabores de Dani García y de una cata privada de Dom Perignon. 

La privacidad se cuida al máximo en este tipo de eventos: “El cliente de Tourbillon es un cliente muy discreto, tampoco quiere ser visto. Por eso les recibimos en la primera planta, para darle esa intimidad que buscan y ofrecerles así un servicio más exclusivo”, nos explica Carla Hijma. 

Tres modelos diferentes entre sí con una maquinaria y un diseño que los hacen únicos.

Si hasta hace poco parecía que la alta relojería estaba más centrada en los hombres, se apuesta cada vez más por llegar al público femenino. La mujer ya no sólo se fija en el diseño, sino en la maquinaria: “La mujer cada vez entiende más. Se nota en la clientela. Ya no sólo buscan belleza, les importa la alta tecnología”, destaca la directora.

El modelo femenino que se presentó es el OMEGA De Ville Trésor, con su depurado diseño cuenta con una delgada caja de 36 mm de oro Sedna™ de 18 qt o de acero con hileras de diamantes que visten las curvas, además de una corona con un diamante engastado y pulida con «HyCeram» rojo.

La esfera en plata opalina lacada lleva embutidos unos números romanos también en oro Sedna™ de 18 qt, que es el mismo metal utilizado en las agujas.

El reloj incorpora el calibre OMEGA 4061, que se asienta tras un fondo de caja espejado especial, con un motivo “Her Time”.

Una maravilla que se comercializa con pulseras en varios colores y se adapta así al gusto de cada mujer. 

Carla Hijma, directora de Tourbillon Banús, destacaba que es un modelo para lucir en cualquier ocasión. 

Igual de impresionante, pero totalmente distinto descubrimos el Senator Chronograph Panorama Date de Glashütte.

Su diseño contemporáneo llama la atención con la esfera de color negro intenso, que destaca gracias al contraste con el estampado en blanco y se acentúa con el generoso uso de la brillante SuperLuminova azul, que realza la aguja de las horas, la de los minutos y el segundero de parada, de oro blanco, los números romanos en las 6 y en las 12 horas y todos los índices de las horas. De esta manera se logra una excelente legibilidad incluso en la oscuridad.

El movimiento cronógrafo Calibre 37-01 de la manufactura se ha desarrollado para cumplir los estándares más exigentes de funcionalidad de la firma de relojería alemana y está optimizado para un uso diario. Su construcción totalmente integrada y compacta con mecanismo flyback y contador de cronógrafo de 12 horas, lo convierte en un compañero fiable, preciso y estéticamente agradable para llevarlo a diario.

El Breguet Classique Extra-Plate 5157 es el modelo más clásico de los tres y por tanto el más atemporal. Un reloj que marcará las horas, pero por cuyo diseño no pasa el tiempo. Pertenece a la colección Classique, cuyas piezas se caracterizan por ser la representación perfecta del estilo de Breguet. 

Su movimiento de carga automática con espiral de silicio se aloja en una caja de 5,45 mm con cantos finamente acanalados, fiel al estilo de los relojes de A.-L. Breguet. 

Su esfera es de oro plateado y presenta una decoración guilloché hecha a mano con el tradicional motivo Clous de Paris. Esta técnica decorativa en relieve era muy popular entre los maestros relojeros desde el siglo XVI. 

Hechos a mano, siguiendo una metodología ancestral y la delicadeza de los detalles resultantes continúa siendo un secreto de fabricación que aún se guarda con gran celo.

Sus agujas «pomme évidée» de acero azulado, fueron diseñadas por Breguet en 1783, cuya elegancia conquistó de inmediato a los relojeros. De hecho, el término «agujas Breguet» forma parte del vocabulario común. Otro de sus elementos característicos es la firma de la Casa, grabada a ambos lados del número 12. A.-L. Breguet que garantiza su autenticidad.

Probarse los relojes y comprobar como quedan en la muñeca era uno de los atractivos que ofrecía el exclusivo evento. Desde hace unos años además se puso de moda que las mujeres luciesen relojes masculinos, algo que sigue de máxima actualidad. 

El tiempo se detuvo para disfrutar de la cata de Dom Perignon, que estuvo a cargo de Xavi Monclus, embajador del champán en nuestro país. “Es el champán más exclusivo del mundo. No hay ningún champán que sea tan estricto al seleccionar el año que se hace. Dom Perignon blanco se hace sólo 6 años de cada 10. No todos los años merecen ser Dom Perignon. Es un champán de añada”, esta es sólo alguna de las curiosidades que explicó. 

Monclus relató también a los asistentes cómo se hace la selección de la uva y el proceso que se sigue: “Es el mejor champán del mundo pero no el más caro, porque se hace con uva propia. Utiliza solamente los pagos de más calidad. Los que están puntuados en 100 puntos sobre 100 puntos”. Fue desgranado detalles y secretos de su elaboración partiendo de que el champán es el vino más difícil de hacer. 

Cómo abrir una botella para que el champán no pierda sus propiedades, la temperatura adecuada, cómo coger correctamente la copa, y cómo degustarlo para apreciar su sabor y aroma… 

Una noche perfecta de agosto para ver desde un balcón privilegiado como Puerto Banús recupera su esplendor y sigue siendo uno de los centros neurálgicos del lujo mundial. 

Fotografía: Nacho Morales

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