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Rocío Carmona: «El órgano más importante cuando hablamos de sexualidad es la mente”

Rocío Carmona: «El órgano más importante cuando hablamos de sexualidad es la mente”

Hay cosas en la vida que vas descubriendo conforme las vives, básicamente porque hasta entonces no te interesan, o porque no se habla de ellas de manera abierta. Seguro que alguna vez te has preguntado si las personas mayores, las que forman parte de lo que se conoce como tercera edad, tienen una sexualidad activa. O quizás ya has llegado a esa edad y lo has comprobado por ti misma.  

Hace unos años este tema estuvo muy de moda con la salida al mercado de la Viagra, ¿os acordáis? Incluso se habla de opciones similares para la mujer. Pues nos disponemos a afrontar el tema desde un punto de vista más psicológico y para ello hablamos con la Psicóloga y educadora sexual Rocío Carmona. Frecuentemente organiza talleres sobre este tema, ya que las dudas suelen ser muchas y ella las conoce bien. 

 

Lo primero que puntualiza es que “la sexualidad es algo que nos acompaña desde que nacemos hasta que nos morimos. Lo que cambia es cómo la vivimos y la finalidad en cada momento”. 

Así asegura que mientras la sexualidad en un bebé “consiste en sentir a través del cuerpo, del contacto corporal, de chuparse las manos, del olor de su mamá o de su papá, del placer de mamar, el amor que siente a través de las caricias”, más adelante, en los siguientes años, comienza el descubrimiento de los sentidos, del despertar genital. 

“La sexualidad es algo que nos acompaña desde que nacemos hasta que nos morimos»

Algo que conforme vamos creciendo se puede convertir en un deseo de reproducirnos, pero no, la sexualidad no es sólo eso. Rocío alude a todo lo que conlleva como “ la comunicación, la expresión de afectos, los juegos, los descubrimientos… La sexualidad continúa hasta el último día de nuestras vidas”.

Hombres y mujeres, distintas formas de vivir la sexualidad

Sobre las diferentes maneras de vivir la sexualidad por géneros, Rocío Carmona lo achaca a algo más cultural que biológico. 

“Desde que somos pequeñas a nosotras se nos mete más presión por cómo nos comportamos y cómo nos tocamos. Y entonces es cuando se hacen patentes las diferencias de género: es decir, aunque físicamente no haya diferencias en los objetivos que podamos buscar hombres y mujeres, socialmente nos inculcan cómo debemos desear y comportarnos: Niña cierra las piernas, no te toques… y a los niños se les da mayor permisividad”, asegura.

Nos habla además de otros tópicos con los que cargamos desde pequeños: “Se dice que las mujeres somos más pasivas y los hombres más activos, que lo de los hombres es una necesidad fisiológica y lo de las mujeres no se sabe muy bien qué es…

Que el sexo en las mujeres va unido a amor, y en los hombres al placer… Que ellos son más pasionales, y nosotras más románticas… A nosotras nos preocupan más los embarazos no deseados, y a ellos no tener la potencia que creen que deben tener…”. 

Asegura que estas creencias las hemos interiorizado de tal forma que “si no nos ajustamos a esas expectativas, pensamos que somos raras o algo nos pasa”.

Y así llegamos al tema a tratar: la sexualidad en la tercera edad. Algo de lo que cada vez se va a hablar más ya que además de que la esperanza de vida ha aumentado, y queremos vivir con mayor plenitud en esos años, son muchas las personas que comienzan nuevas relaciones de pareja en edades más avanzadas. 

 

¿Por qué es tabú el sexo en la tercera edad?

Bueno, realmente el sexo es tabú en todas las edades.

La sexualidad, entre otras cosas, significa placer. Y el placer está muy mal visto en nuestra sociedad. Sobre todo en las mujeres.

Digamos que la acción preponderante de la sexualidad es el coito, la penetración. Y lo demás, es secundario. Y la función principal, la procreación.

Por eso, la edad considerada como más activa en la vida de las personas es la que va desde la adolescencia hasta los 40-50. Edad en que nuestros cuerpos continúan cambiando, y la procreación ya no es viable.

Por eso, cuando la sociedad da tanta importancia al coito, y minimiza la importancia de todo lo demás, como decíamos antes: comunicación, juego, afecto, exploración, desestresante, placer, descubrimiento… Eso fomenta que pensemos que la sexualidad ya no existe.

Pero tabú significa algo prohibido, algo de lo que no se habla. No algo que no exista. Por lo que queda claro que también hay sexualidad después de los 65 años. 

¿La edad no es un impedimento para la sexualidad?

No. La edad no es ningún impedimento. Lo que hay que saber es que lo que nos gusta con 6 es diferente a los 12 y a los 35 años y  a los 65 y a los 99.

Es como si hablásemos del ejercicio físico. La edad no es un impedimento normalmente para el ejercicio físico. Lo que pasa es que debemos escuchar a nuestro cuerpo para no forzarlo, no querer correr como cuando teníamos 20 años y tenemos que descubrir qué tipo de ejercicio me apetece hacer en ese momento. Quizás no es el aeróbic o el spinning que hacen las chicas más jóvenes, sino que son los bailes de salón, caminar, mantenimiento, taichí…

Y esto es algo que los hombres se niegan a aceptar, y que a las empresas farmacéuticas les viene muy bien para poder venderles Viagra y medicamentos similares… 

Cada persona debería cuestionarse sus miedos y prejuicios y dejarse llevar más por sus deseos. Siempre con respeto, por supuesto.

 

¿Es importante el sexo en esa edad?

El sexo es importante, pero también el respeto. Cada cual debe saber lo que le gusta, con quién, cuándo, cómo…

Hay mujeres que con la llegada de la menopausia se “jubilan del sexo”, lo dejan de ver como una “obligación dentro del matrimonio” y sus maridos siguen activos y considerando que son sus mujeres quienes tienen que satisfacerlos. Esto puede dar lugar a mucho sufrimiento. 

Actualmente la medicina ha avanzado mucho y hay tratamientos para que las relaciones sexuales a partir de la menopausia no sean dolorosas. Por otra parte, los hombres deben descubrir que tienen más cuerpo que un pene. Y que pueden disfrutar de todo él.

¿A partir de qué edad declina el deseo sexual?

Eso es algo sobre lo que no podemos generalizar. Creo que en sexualidad, no podemos, o no debemos hablar de normas.

Puesto que el deseo sexual depende de la persona con la que estemos, del momento que vivamos, de la educación que hayamos recibido, de nuestros prejuicios…

El órgano sexual más importante cuando hablamos de sexualidad es la mente. Por tanto, según en lo que nos centremos, así desearemos más o menos.

«El órgano sexual más importante cuando hablamos de sexualidad es la mente»

¿Las enfermedades crónicas dificultan o impiden las relaciones sexuales?

Sí, esto es cierto. Hay muchas enfermedades como problemas de corazón, que afectan a la vascularización, o psoriasis, que afecta a la piel y al contacto…

Y también hay medicamentos que reducen el deseo sexual como los antidepresivos, medicación para el corazón, en los hombres, para la próstata… Pero en todo eso es un médico el que tiene que intervenir y aconsejar.

¿Se considera ridículo e inadmisible que las personas mayores mantengan relaciones sexuales aún a día de hoy?

Socialmente sí. Hay muchas familias que se asombran cuando se enteran que su padre o su madre se ha “echado pareja” y  lo consideran “un amigo/a”, pero no un amante.

¿El interés, deseos, capacidad sexual sigue siendo igual que cuando se es joven?

Bueno, con la edad, muchas cosas van cambiando. Y más cuando pensamos en sexo como coito. Y ahí, sí que va cambiando y mucho.

Sin embargo, en los talleres que imparto de sexualidad para mayores, vemos cómo hay interés en saber más y sobre todo, en saber mejor. Hay personas que tienen la mente abierta a probar y explorar y que tienen disposición a estimular sus cuerpos, a disfrutar de las sensaciones, a fantasear de otra manera…. No sólo es que no pierden, sino que incluso consiguen tener el deseo sexual que antes no habían tenido.

Es una pena lo que a veces me encuentro. A éste tipo de talleres sólo acuden mujeres porque los hombres creen que ya lo saben todo o no admiten no saber algo. Así que cuando es en pareja, las mujeres hacen sus avances, tienen sus nuevas inquietudes y siempre les preocupa cómo les van a decir éstas cosas a sus maridos. Se encuentran con que ellos tienen menos receptividad y menos predisposición al cambio.

¿Cómo se puede disfrutar del sexo en la 3ª edad?

  • Lo primero es aceptar que nuestro cuerpo con 70 no es igual que con 50 ni 30.
  • Hay que dejar de darle tanta importancia al coito, a la penetración.
  • Es conveniente descubrir otras formas de placer que incluyan todo el cuerpo, todos los sentidos…
  • Será bueno atrevernos a probar, a sentir, a dejarnos llevar.
  • Las mujeres debemos aprender a pedir lo que nos gusta y permitirnos disfrutar de nuestros sentidos también a solas.
  • Los hombres tienen que aprender a escuchar lo que les gusta a sus parejas y a abrir sus mentes para pensar en nuevas formas de placer.

Y para seguir reflexionando os recomiendo algunas películas sobre la sexualidad en la tercera edad:

    • La vida empieza hoy. 
    • 60 y más. 
    • ¿Y si vivimos todos juntos?

 

Rocío Carmona Horta

Psicóloga y Educadora Sexual

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