“Tras haber superado un cáncer de útero y ovarios con 34 años, sentía que me volvía a enfermar y ante la vida o la muerte no hay mucho debate. No podía seguir en un mundo empresarial que desgastaba mi energía.”
Ese fue el punto de inflexión de Arancha Merino, protagonista de esta entrevista. Un cáncer de ovarios que frenó su vida en seco y la hizo darse cuenta de que necesitaba iniciar una nueva vida partiendo del cero más absoluto. Y lo consiguió gracias a la ingeniería emocional, materia que hoy enseña a través de cursos y seminarios como los que imparte en Marbella en La Academia de Ideas en Femenino- www.academiaief.com.
¿Cómo llegaste a la ingeniería emocional?
Yo soy economista por imposición paterna, porque era lo que se suponía que me iba a dar éxito. Trabajé como economista en la empresa privada durante casi 20 años, y siempre tratando de escalar para conseguir el éxito. Tuve muchos puestos, los últimos años fueron puestos directivos en empresas multinacionales. Pero por el camino desarrollé un cáncer porque no me estaba dedicando a lo que yo realmente tenía que hacer en esta vida. En esa época solo me centraba en el éxito a través del poder, del dinero, de la competitividad… Un mundo depredador en el que me rompí.
A esa enfermedad le llamo «el cáncer que me salvó»
Y gracias a esa enfermedad, a la que yo llamo «el cáncer que me salvó», me di cuenta de que estaba viviendo una mentira. Estaba vacía, era infeliz. Y fue ahí cuando, de forma casual, como todas las cosas maravillosas, apareció en mi vida la doctora Preciada Azancot.
Ella descubrió un método, el de la ingeniería de las emociones, que va más allá de la inteligencia emocional, y que se conforma como la ciencia de las emociones. Hasta la fecha no he conocido nada que se pueda demostrar científicamente en cuanto a las emociones, pero esto sí. Por eso a las personas les apasiona lo que les enseño en mis sesiones y seminarios. Primero, porque lo entienden; segundo, porque son conscientes de la respuesta emocional que están asimilando aquí y ahora y se dan cuenta de cuál sería la más adecuada de usar. Esto hace que puedan cambiar su comportamiento y conseguir resultados distintos a los obtenidos hasta el momento. Con todo este conocimiento, las personas pueden gestionar sus propias emociones de una manera práctica.
Con Preciada Azancot estuve formándome durante seis intensos años, a tiempo completo, como una carrera, y en 2011, cuando acabé, decidí divulgar, porque este método a mí me cambió la vida. Y creo que a todos nos la puede cambiar.
¿Qué es el MAT?
MAT quiere decir Metamodelo de Análisis Transformacional y es la creación y fruto, de años de investigación y trabajo de la Doctora Preciada Azancot sobre el comportamiento del ser humano a través de las emociones. El MAT bebe de las fuentes de Jung y de Eric Berne (Análisis Transaccional) y completa las respuestas a nuestras preguntas existenciales. El MAT descubre que cada ser humano nace con una competencia, un talento y una vocación propio y particular que le dota de una forma de actuar, comportarse, comunicarse, interpretar la vida… diferente a los demás. También demuestra que existen 6 tipos de personalidad, cada una potencia unas características e inmoviliza otras. Conocer nuestra tipología de personalidad permite detectar nuestro talento y vocación diferenciales y orienta nuestra vida hacia la plenitud.
Según el MAT, ¿qué son las emociones?
Pensamos que las emociones son algo que nos viene de forma automática y que no podemos reaccionar ante ellas ni elegir qué emoción empleamos ante cada situación de nuestra vida. Y eso es absolutamente falso. De hecho, los niños gestionan perfectamente las emociones. Si pierden un juguete, lloran, pero en el momento en que ese estímulo ha acabado vuelven a la alegría, o se enfadan si no cumples lo que les has prometido, pero rápidamente lo olvidan. Es decir, utilizan cada emoción en el momento que toca, no se quedan enganchados como hacemos muchas veces los adultos.
Las emociones son el inicio, el origen de todo.
¿Por qué debemos aprender a gestionar correctamente nuestras emociones?
Las emociones son el inicio, el origen de todo. Ya cuando estamos en el útero materno, recibimos en forma de descargas hormonales el impacto de cada emoción que siente nuestra madre. Eso crea en el feto un instinto de supervivencia que se manifiesta compensando las emociones de la madre. Por ese motivo nacemos cada uno con una emoción dominante que determinará en un alto grado nuestra forma de interpretar la vida. Cada uno tenemos, por tanto, propensión a utilizar algunas emociones en exceso y otras a olvidarlas, como si no existieran. Si ante un estímulo concreto no se conecta con la emoción adecuada, se produce una disfunción, como un cortocircuito, que afecta a nuestra mente y a nuestro cuerpo. Las somatizaciones físicas, la falta de vitalidad, las preocupaciones, las frustraciones, el desamor… son la expresión clara de que algo no hemos hecho bien. Hemos reemplazado la emoción auténtica y adecuada a la situación que vivimos, por una falsa que no solo no resuelve, sino que empeora el estado de las cosas.
¿Cuáles son las principales claves para aprender a gestionar las emociones?
- Querer ver las amenazas y aprender a poner límites diciendo NO.
- Responsabilizarnos de nuestras pérdidas y errores para encontrar soluciones y aprender.
- Reaccionar ante injusticias y manipulaciones en el momento justo sin dejarlo para después.
- Admirarnos por nuestras grandezas y superaciones.
- Aceptarnos y querernos. No dar lo mejor de nosotros mismos a los que menos lo merecen.
- Abrirnos a los cambios sin miedo. Pues estamos capacitados y tenemos recursos suficientes para resolver cualquier situación que se nos presente.
La Vocación es lo que nos libera
Hablas de Talento y Vocación. ¿Qué son y por qué son tan importantes?
El Talento es nuestro punto genial, la base sobre la que se sustenta nuestra vida. Nuestro don exclusivo. Cuando uno está en contacto con su talento, todo fluye y siente cómo las cosas se suceden con sorpresa y facilidad. La Vocación es lo que nos libera. Es aquello que realmente da sentido a tu vida, tu para qué. Cuando uno está conectado a su vocación el mundo se ve diferente. Es como un gusano que se convierte en mariposa, el mundo sigue siendo el mismo, pero la forma de verlo y vivirlo es completamente diferente, te salen alas y puedes volar.
¿En qué nos ayuda conocer nuestra tipología de personalidad?
La tipología de personalidad indica qué emociones se usan por exceso, y habría que redimensionar, y cuáles por defecto, y hay que potenciar. Es una prisión que oculta el verdadero ser real. Conocer tu tipología equivale a descubrir tu camino a seguir, el único que te puede liberar de pautas autoimpuestas y causantes de infinidad de sufrimientos.
La mayoría de las personas están desconectadas de sus verdaderas fortalezas, su talento y su vocación, a cambio, inflan desmesuradamente su emoción dominante hasta casi convertirse en esclavos de ella, y lo peor es que esto se perpetúa hasta la resignación por pensar que el mundo es así, o es lo que me ha tocado vivir. Al comprender tu prisión, es decir, tu tipología, entiendes por qué te pasa lo que te pasa, y al conocer tu talento y vocación, tienes las vías de salida para empezar a vivir la vida para la que realmente naciste.
¿Dónde y cuándo podemos asistir a alguno de tus cursos?
En febrero comienzo en Marbella la cuarta edición de mi curso “El arte de la gestión eficaz de las emociones” https://academiaief.com/collections/cursos-completos/products/curso-el-arte-de-la-gestion-eficaz-de-las-emociones , que se divide en tres módulos que impartiré en febrero, marzo y abril. Podéis encontrar toda la información en www.academiaief.com o escribir un email a somos@ideasenfemenino.com
Redacción: Charo Moreno