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Javier Calleja: «Por amor al arte»

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Javier Calleja: «Por amor al arte»

Celebrar Cenas con Chispitas en el interior del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, CAC, ya de por sí era un sueño. Este museo que trae hasta la capital de la Costa del Sol a los artistas más reputados del panorama nacional e internacional actual ha contribuido de manera notable al posicionamiento de la ciudad y de la provincia como destino cultural, pero también ha fomentado la presencia y visibilidad de artistas malagueños en todo el mundo. Uno de esos artistas es Javier Calleja. El artista malagueño con mayor proyección internacional cuya obra se disputan galerías y coleccionistas de todo el mundo. Él era el invitado de esta noche en el museo. 

Para este encuentro contaba con tres grandes aliados. Por un lado el director del CAC, Fernando Francés, que aunque no pudo acompañarnos esa noche ha sido ponente de Cenas con Chispitas y se quedó encantado con el formato. En aquella ocasión hablamos con él de ‘El mercado del arte’.

 

Otro aliado imprescindible fue el equipo de Virginia Floristas capitaneado por Virginia González. En esta ocasión, además de hacer un trabajo impecable de decoración floral, con centros de tulipanes donde se podían encontrar herramientas que usan los artistas  para tematizarlos, se encargó también del mobiliario y el menaje. El resultado habla por sí mismo. 

Ninguno de los asistentes se resistió a hacerse al menos una foto en un decorado tan espectacular, cuya puesta en escena se convirtió en sí misma en una obra de arte que convivía en armonía con las que podíamos disfrutar en las paredes. 

Momento de agradecimiento a Virginia González por la puesta en escena de la mesa

Como en cada ocasión que salimos de espacios estrictamente relacionados con la gastronomía, Doña Francisquita se encargaba de poner sabor a este encuentro. 

Su director, José del Castillo, volvía a implicarse 100% en la planificación y puesta en escena de unos platos que elevo a la categoría de arte, tanto por sus matices como por su presentación. 

Si el equipo de cocina se esmeró en ofrecer un menú delicioso, el equipo de sala de Doña Francisquita bailó al ritmo de la cena ofreciendo un servicio espectacular. Siendo a igual partes invisibles y atentos. 

Equipo de cocina y sala de Doña Francisquita

En esta cena, al igual que en algunas de las que hemos celebrado en la Fábrica de Cervezas Victoria, usamos micrófonos debido a lo abierto del espacio. Achi Castillo de One2One fue el encargado de ponerle sonido. 

La cena se desarrolló en un espacio definido y delimitado para que el encuentro fuese más acogedor. Durante la visita previa escogimos dos salas que están destinadas a acoger la exposición permanente del CAC Neighbours IV, en la que se muestran trabajos de artistas de proximidad.

La muestra la forman 50 obras de 33 artistas diferentes, entre esculturas, pinturas, dibujos y fotografías. Todas las obras pertenecen a la primera década del siglo XXI hasta la actualidad. 

La colección del CAC Málaga está compuesta por un total de 530 obras que se han ido incorporando desde 2003. De estas, 318 pertenecen a artistas de proximidad, 194 de ellos son malagueños y 124 obras son de artistas del resto de Andalucía. Una exposición que unida a las temporales, se puede visitar durante todo el año y sin tener que pagar entrada. Quedan pocas excusas para no visitar CAC Málaga. 

Desde las paredes que acogían esta cita tan especial de Cenas con Chispitas participaban artistas como Marta Galindo, Ángel Alén, Hadaly Villasclaras, Ángeles Agrela, Mª Ángeles Díaz, Mónica Vázquez, Javier Hirschfeld o la obra “La proposición” del artista onubense Jorge Hernández, que enmarcaba el fondo de la ponencia. 

Un espacio con el que tenemos la suerte de contar en Málaga y que muchos de los asistentes pisaban por vez primera. Un edificio en el que se expone una parte del patrimonio artístico de una ciudad que su equipo de gobierno se ha empeñado en las últimas décadas en convertir en la ciudad de las museos, y lo ha conseguido. 

 

31 de enero de 2019. Cenas con Chispitas

Lugar: CAC Málaga

Anfitriones: Doña Francisquita y CAC Málaga

Ponente: Javier Calleja

El tema: “Por amor al arte”

Málaga ha experimentado una transformación espectacular en las últimas dos décadas. Una transformación encaminada a convertirse en una ciudad con mucho que ofrecer que se ha basado sobre los pilares del arte y la cultura. Con la apertura de museos que son referentes en el mundo se ha conseguido atraer hasta la capital de la Costa del Sol al tan deseado “turismo cultural”. Un turista al que se le presupone una mayor educación pero sobre todo una mayor capacidad económica, lo que supone un aumento del gasto medio que hace durante su estancia. Esto repercute en las empresas, en un crecimiento del empleo y por tanto en una mejor calidad de vida para sus ciudadanos. 

Si el resto de la costa sigue en su mayoría basando su oferta en sol y playa, Málaga cubre esa demanda de arte y cultura que contribuye además a la ruptura de la estacionalidad. Una combinación perfecta la que se da en Málaga en muy pocos kilómetros. 

Una muestra de este crecimiento que ha experimentado Málaga la encontramos en la apertura de establecimientos gastronómicos exquisitos en sus propuestas y decoración además de un aumento de las empresas internaciones que fijan sus ojos en Málaga para establecerse o como punto de inversión. Todo esto se traduce de nuevo en una dinamización de la economía local. 

De todo ello son conscientes los comensales que esa noche se iban a sentar a la mesa. De eso, y de lo que ha conseguido nuestro ponente, Javier Calleja, que se ha situado en pocos años como el artista malagueño con mayor proyección internacional. Sirva como dato que en la actualidad para poder adquirir una obra suya hay una lista de espera de tres años. 

Coleccionistas de todo el mundo esperan para poder contar entre sus fondos con una obra del artista malagueño. 

La historia de Javier Calleja es la historia de un sueño cumplido. Mejor dicho, es la historia de cómo ha alcanzado una realidad, la actual, que ha superado con creces a su propio sueño. 

Sencillo, honesto, cauto y dice que indeciso… Calleja ha conseguido llevar su arte al mundo entero sin pretensiones, simplemente apostando por dedicarse a lo que le gustaba, a lo que le apasionaba, y todo, por amor al arte. 

Esa noche íbamos a tener la oportunidad escucharle compartir su vida y su ascenso con nosotros. Pero antes de compartirlo también con vosotros, voy a presentaos a los asistentes a esta cita de Cenas con Chispitas. 

 

Invitados

Por parte del espacio anfitrión, CAC Málaga, asistió su gerente, Almudena Bocanegra. Fernando Francés, director del CAC, tenía otro compromiso esa noche por lo que excusó su asistencia. Almudena procuró que en todo momento nos sintiésemos como en casa. 

Almudena Bocanegra

Aunque no se sentaron a la mesa contamos con la colaboración y presencia de parte del equipo del CAC Málaga. Deborah Fernández fue la responsable de la coordinación. 

Déborah Fernández
Equipo de CAC Málaga: Almudena Ros, dpto. prensa, Leticia Cañamero y Rocio Soler, de sala,
Sara Guerra, coordinadora de prensa junto a Almudena Bocanegra, gerente del CAC,  José del Castillo de Doña Francisquita y Javier Calleja

María Canales y Almudena Franco asistían por primera vez. María trabaja actualmente en la puesta en marcha de una plataforma web para dar difusión a eventos relacionados con el bienestar físico y consciente en la provincia desde donde lanzará sus propios encuentros. Almudena Franco tiene una administración de loterías en Fuengirola. 

María y Almudena

Marife Nuñez es artista y a su vez tiene una galería de arte en Marbella Es Arte Gallery. En estos momentos se encuentra inmersa en la organización de una exposición que pondrá el foco en la mujer y que se inaugurará el 8 de marzo. La convocatoria de artistas se ha hecho a través de un concurso al que se han presentado más de 50 obras candidatas, de las que tras la decisión del jurado, disfrutaremos de 10 durante la muestra que lleva por título ‘Be a Woman and Smile’. 

Marife Nuñez y Eva Carrasco

Marife vino acompañada de Eva Carrasco, arquitecto técnico y propietaria de EA3 Architecture- Interior Desing además de gran amante del arte. 

Nuria Ramírez, es directora de eventos y Daniel Ríos, propietario de Lew Hoad. Un centro donde se suman instalaciones deportivas como canchas de tenis, pistas de padel y Fitness Center con restaurante y espacios para organizar eventos ya sea en interior o en sus jardines. Se encuentra situado en la carretera de subida a Mijas desde Fuengirola. 

Dani Ríos y Nuria Ramírez

Se consolida el núcleo de fans de Cenas con Chispitas. Una vez más el arquitecto, publicista y actor Manolo Navarro, se sentaba a nuestra mesa. Como también volvían a hacerlo Manuel Toledo, propietario de la empresa de Eventos JJ Spain, Carmen Sánchez, dependienta de infantil y Ana Cardiel, empresaria, gerente en AMC International Investments.

Manolo Navarro, Carmen Sánchez y Manuel Toledo

Ana Cardiel y Carmen Sánchez
Manolo Navarro y Manuel Toledo

También nos ha acompañado en anteriores ocasiones Marta Cuadra. Es directora de ventas en España de Floral Image, una empresa especializada en flores biorrealistas y ecológicas. Actualmente vive a caballo entre Málaga y Madrid. 

Marta Cuadra

Carlos Moreno es estudiante de tercer curso de Historia del Arte en la Universidad de Málaga. Aunque se encuentra en plenos exámenes no desaprovechó la oportunidad de vivir esta noche tan especial y escuchar a un artista como Javier Calleja. Es además mi hijo. 

Carlos Moreno
Manolo Navarro, Carlos Moreno y Javier Calleja

Beatrice Jullien es propietaria de la empresa de eventos Alfombra Roja y aunque era su primera vez en Cenas con Chispitas, iba acompañada por una veterana en nuestros encuentros; Yovanka Manolovic, es médico estético en Clínica Helyos y presidenta en España de la Fundación Diksha. 

Beatrice Jullien y Yovanka Manolovic
Beatrice Jullien
Ana Cardiel y Yovanka se conocieron en la cena de Roche Bobois

A Liliana Martínez e Isabel Puerta son diseñadoras de interiores y las conocimos en la cena que celebramos con Aneta Mijatovic en Roche Bobois, ya que forman parte del equipo de la tienda. Les encantó la experiencia y decidieron volver acompañadas de la directora de la firma francesa, Cécile Peyrad. Se pusieron de acuerdo para venir juntas gracias al servicio de transfer que ofrece a Cenas con Chispitas Iberian Mobility. Lo que les permitió disfrutar de la velada sin tener que preocuparse del coche. 

Cecile, Liliana e Isabel
Isabel Puerta, Liliana Martínez y Cécile Peyrad

Mónica Vicente es una de las personas que forman parte de los fantásticos ponentes con los que hemos contado en Cenas con Chispitas. Mónica es empresaria, influencers, Youtuber, Ceo de la plataforma family friendly ‘Hoy no hay Cole’ y además de todo eso es licenciada en Bellas Artes. Ama el arte y por ese motivo no quiso faltar a la cita y conocer a Javier Calleja. 

Mónica Vicente
Javier Calleja y Mónica Vicente

Alicia Gutiérrez es la pareja de Javier Calleja y directora de su estudio. Una parte fundamental para que Javier solo tenga que preocuparse de crear y no de otros asuntos más mundanos. Agradecemos su presencia y la valoramos, ya que según nos contó, las relaciones con Asia y debido a la diferencia horaria hace que cada mañana tenga que madrugar mucho. Esa noche le quitamos algunas horas de sueño. 

Alicia Gutiérrez
Javier Calleja y Alicia Gutiérrez

 

La cena 

José del Castillo, director de Doña Francisquita, se ha convertido en un perfecto compañero en esta aventura que es Cenas con Chispitas. Si en la cena en Roche Bobois apostó fuerte por unir gastronomía y puesta en escena, en este encuentro en el CAC quiso dar un paso más. 

Con José del Castillo

Cambiaba el formato. De cóctel con estaciones usando para el emplatado el mobiliario de la tienda de muebles y decoración, esta vez quiso elevar a obra de arte en trabajo de su equipo. 

Para la propuesta gastronómica se centró en unir sabores muy nuestros con los del continente asiático donde Javier Calleja cuanta con gran fama y aceptación. 

De entrantes se sirvieron ‘Crujiente de costilla glaseada con mayonesa de ajo asado y alcaparras’ y ‘Tempura de sardinas con crema de ponzu’.

Para la puesta en escena, además de ponerse de acuerdo con Virginia Florista para la elección de mesas, sillas y menaje, decidió sorprendernos con un primer plato servido sobre un lienzo. ‘Lienzo de carabinero’ le llamó a esta original creación de impecable sabor. 

El segundo plato era ‘Ternera melosa con risotto de semillas’. 

Y de postre, José usó las peanas que habitualmente se usan en el museo para exponer las obras, para situar un buffet de postres donde podíamos encontrar ‘Macaron francés al aroma de vainilla’, ‘Milhojitas de crema con textura de frambuesa’, ‘Fresa y pistacho en polvo de oro’, ‘Mini Saint Honoré de cacao’, ‘Cremoso dorado de caramelo y su nuez’ o las ‘Trufas de café’… Obras de arte de la repostería a la altura de los paladares más golosos. 

La cena se maridó con José Pariente, D.O Rueda, Pago de los Capellanes, D.O Ribera del Duero y Champagne Veuve Clicquot. 

 

El ponente

Los que viven más alejados del mundo del arte pueden desconocer quién es nuestro ponente, algo que saben a la perfección entendidos del arte del mundo entero. Como decía al principio Javier Calleja es el artista malagueño con mayor proyección internacional en la actualidad. Cuenta con una lista de espera de interesados en su obra que necesita tres años de trabajo intenso para poderle dar respuesta. 

Comenzó a estudiar Bellas Artes con 25 años, sabiendo que era lo que quería hacer pero con la premisa de que “los artistas se mueren de hambre”. Aún así apostó por ello y el tiempo y su genialidad le han quitado la razón. 

Su obra roza esa parte infantil que tenemos todos, lo que permite a cualquier persona sacar su niño interior y querer jugar y empatizar con ella. Además de artista podría ser influencers ya que sólo en su cuenta de Instagram tiene más de 109 mil seguidores de todos los países del mundo. 

Captura de pantalla de la cuenta de Instagram de Javier Calleja. Si quieres visitar su perfil haz clic AQUÍ

Una plataforma que le ha dado una gran visibilidad y que también le ha supuesto el reto de posicionarse como artista más allá de la dictadura del “like” al que nos sometemos con las redes sociales. 

Con su incursión en Japón se ha permitido crear a sus últimos personajes y le ha abierto las puertas as algunas de sus ferias de arte más importantes del mundo.

Podría comenzar a reproducir su listado de exposiciones y triunfos en su carrera, pero quiero que como hicieron algunas de las personas que asistieron aquella noche atraídas por la curiosidad, lo descubráis a través de la entrevista que le hice. 

 

La ponencia

No me considero una experta en arte, ni mucho menos. Me pasa como con el vino, que me gusta o no me gusta, digan lo que digan los entendidos. Por ese motivo esta entrevista suponía todo un reto desde que Fernando Francés me descubrió a Javier Calleja. 

Desde entonces han sido muchas las veces que mi mirada se detenía en una nube con patas y ojos en instagram, en dos cerillas que se aman, en escaleras que suben a las nubes o en los gorros y la mirada de sus personajes. Al principio intentando descifrar las claves de su éxito. Después dejándome llevar por cada una de sus obras a un mundo imaginario donde sus personajes cobran vida. 

Al contactar con Javier para que fuese ponente de una de nuestras Cenas con Chispitas, por encima de un artista egocéntrico y excéntrico, me encontré con una persona bastante normal, sencilla y accesible. Sus viajes, exposiciones en diferentes lugares del mundo y su trabajo diario no fueron un impedimento en su agenda para cerrar la fecha enseguida. 

Quizás por todo ello en su obra se transmite esa humanidad y sencillez que más allá de la admiración te hacen conectar y empatizar con ella. 

Javier Calleja es un artista plástico y práctico que ha sabido adaptarse a cada una de las circunstancias de su vida desde la aceptación, dándole la vuelta y poniéndolas a su favor. Quizás ese sea uno de los secretos del su éxito. 

Javier comenzó a estudiar Bellas Artes con 25 años. Una edad que podría resultar un poco tardía para empezar en la facultad, pero este hecho es el resultado de su propio proceso interior. Javier Calleja antes de tener visibilidad y reconocimiento como artista lo tuvo como deportista, como gimnasta profesional. Es quizás la parte de su vida más desconocida. 

Javier siempre ha dibujado, desde que era una niño y era el que hacía los dibujos de la clase en el colegio, pero no lo albergaba como una posibilidad profesional. Su carrera como deportista lo llevó durante un tiempo a vivir en Barcelona donde entrenaba entre 5 y 7 horas diarias. Llegó a ser promesa en el 92. Pero en Barcelona también le esperaba alguien que fue el que le dio esa confianza que necesitaba para creerse que también podía ser artista. 

“Allí vivía con mis tíos. Mi tío siempre me decía que era mejor dibujante que gimnasta y me animó a estudiar Bellas Artes. Y yo le decía: «Tito yo no quiero hacer Bellas Artes, que esos artistas son todos unos muertos de hambre». Durante mucho tiempo mi labor artística la tenía para mí y para mis amigos. Nunca me planteé el hecho de ser artista”. Pero hay un punto de inflexión en su vida en el que tras la muerte de su padre se da cuenta de que solo se vive una vez. Es entonces cuando se decide a dar el paso y estudiar la carrera de Bellas Artes.  

Podría haber sido autodidacta y dejarse llevar por ese don que ya tenía, pero decidió formarse de manera reglada: “Muchas veces las universidades a lo que te enseñan es a lo que no tienes que hacer, más que a lo que tendrías que hacer. Y cuando terminas la universidad, te tienes que desquitar de las cosas que ya has aprendido, que se han convertido, a veces, en un lastre y volver a retomar aquello que tú eras o enfrentarte a quién eres tú.

Yo no me arrepiento de hacer Bellas Artes, lo que sí es verdad que reconozco, que he tardado muchos años en desquitarme de ciertos clichés que nos ha impuesto. ¿Quién le dice a un artista que eso no se hace así? 

Por ejemplo, los personaje han salido hace poco, porque yo tenía cierta vergüenza al pensar que este tipo de obra no era un arte serio.

Intentas llegar a un lugar donde tiene que ser muy serio, muy conceptual, con mucho concepto detrás, muchas palabras, hasta que te das cuenta que tienes que hacer  lo que eres tú,  guste o no guste. Yo he tardado cuarenta y tantos años en darme cuenta de esto”. 

Años en los que la búsqueda de la propia identidad como artista suponen un conflicto interior para Javier Calleja donde chocan lo que quiere hacer y lo que le gusta, con las dudas sobre cómo se va a acoger esa obra: “A medida que vas vendiendo es mucho más fácil. Si yo no hubiese vendido ninguno de mis personajes, quizás hubiese entrado otra vez en esa vergüenza infantil, de demasiados complejos y los hubiese abandonado. Pero es verdad que los personajes estaban de antes, estaban ahí metidos a veces con cabezas cuadradas, a veces con cabeza de patatas, a veces con cabezas de piedra, pero estaban como tapados por algo y cuando ya los recuperas, dices: «Bueno, pues esto es lo que hago””.

Esa reivindicación de su obra llega tras más de un mes de reclusión en una casa de campo en la que aprovecha para definirse a sí mismo. Calleja asegura que el papel de asesoramiento de su pareja, Alicia, también ha sido muy importante en todo el proceso.

Aunque lo que es seguro es que la mayor dosis de autoconfianza viene por el éxito de su obra entre destacados coleccionistas que la adquieren. Y aunque al principio parecía que aquella creencia que tenía de que los artistas “son unos muertos de hambre” era una realidad que pudo comprobar, el tiempo le enseñó que no sería así en su caso.

“En el momento en el que te enfrentas a lo que tú eres, a lo que a ti te apetece ser con o sin dinero… Los artistas no es que sean unos muertos de hambre, es que son personas que trabajan muchísimo y lo pasan muy mal. Tan solo 1 de cada 10 mil podemos decir que podemos sobrevivir del arte y de este 1 de cada 10 mil pocos se pueden permitir vivir bien, así que puedo decir que tengo mucha suerte”, nos confesó Javier.

Actualmente cuenta con una lista de espera para adquirir su obra mucho mayor de lo que puede asumir. Hasta tres años de espera… Aprender a gestionarlo y no morir de éxito ha sido también algo sobre lo que ha tenido que reflexionar: “ Yo tengo mi forma de trabajo y no quiero trabajar ni más, ni más rápido, esto es lo que hago y así lo hago muy bien todos los días. Me hago una planificación de la semana siendo realista con lo que puedo hacer, y hay veces que si me da tiempo a hacer más, lo hago. Pero soy muy consciente de que puedo hacer dos cuadros buenos en una semana o tres malos».

Respecto a si ese éxito le ha dado más libertad a la hora de crear que cuando buscaba hacerse un sitio en el mercado del arte, a Javier, para empezar, la palabra libertad no termina de creérsela:

“La palabra libertad siempre me ha dado un poco de miedo. No es algo que suela llevar conmigo porque siempre estamos pendientes de algo. Y se puede ser libre en una cárcel. Quizás yo soy igual de libre que antes pero ahora tengo más dinero.

Ahora sé que hago lo que quiero, pero quizás la parte menos libre no fue ni el principio ni la actualidad. Fue la parte intermedia, donde yo intentaba ser muy correcto artísticamente. Intentaba que cada trabajo tuviese una base teórica, tuviese esa parte de los aprendizajes de Bellas Artes. Esa etapa en la que cada paso que daba tenía que estar muy pensado y meditado duró hasta hace tres, cuatro años, más o menos. Entonces yo era libre cuando pintaba para mis amigos y vuelvo a ser libre ahora cuando hago lo que realmente me apetece hacer”.

 

Documentándome para esta entrevista, y como he comentado más arriba, he tenido la oportunidad de descubrir a una persona que por encima de querer enfrentarse a las circunstancias se ha adaptado a ellas y las ha usado a su favor. Muestra de ello es que hace unos años las dimensiones de sus obras eran mucho más pequeñas de lo que son ahora, incluso llegando a hacer miniaturas que escondía en las salas de exposiciones lo que le permitía entrar en un juego con el público para que las encontrara. Y la causa de que trabajase con esas escalas no era otra que las pequeñas dimensiones de su estudio.

“En los años de facultad los alumnos trabajamos en espacios muy grandes y te animan a hacer cosas grandes. Cuando sales de allí te das cuenta de que no es tan fácil alquilar un espacio así. Entonces, o me adaptaba o moría. Y la adaptación fue crear pequeñas maquetas, como hacen los arquitectos, de lo que tú quieras hacer; proyectar en pequeño lo que quieres hacer grande e imaginar que ya son grandes. Juegas a imaginarte que eres del tamaño de esas pequeñas figuras”, nos explicó.

Hay algo que nadie puede discutir y es que la obra no es obra hasta que no es contemplada. El papel del espectador completa el proceso artístico y es parte fundamental en él. Y eso Calleja lo tiene más que presente: “ Hay una frase de Vittorio Gassman, que es actor y director de teatro, que dice que: «Un actor, un espectador y ya». Un actor, sin los espectadores no es nada. Yo pienso que el arte es lo mismo. El arte dicen que es muy del artista, pero el artista puede pintar, puede poner, pero si no hay alguien que lo vea o alguien que lo admire, el artista no hace nada, no sirve.

Para mí el espectador era tan importante que necesitaba introducirlo de alguna manera en mis exposiciones. Por eso intentaba poner a veces las obras escondidas o en lugares donde habría que obligar al espectador a agacharse, a mirar detrás o mirar al techo. Entonces me encantaba ver en mis exposiciones a las personas en una postura que no es la típica de contemplar todos los cuadros en línea. Era una forma de que ellos formasen parte de esta exposición”.

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Algo que ha sido muy característico de sus exposiciones es la ausencia de cartelas explicativas. De nuevo ahí encontramos su afán juguetón y de querer interactuar con el público: “Entiendo que en un museo debe haber cartelas para informar, pero en mis exposiciones yo las quité para que el espectador no supiese dónde terminaba una obra y empezaba la otra, y así no tuviese cierta información y el espectador mismo fuese el que termina o el que decide qué es lo que para él significa esa obra”.

De hecho, es de esos artistas a los que no les gusta explicar su obra: “Porque si no la has entendido de una mirada, no la vas a entender de una explicación. Mis obras las hago para que no sean muy explicadas, para que el espectador tenga una especie de emoción… Si me preguntas qué significa es porque la mirada, la primera mirada, no te ha llegado. Entonces no voy a estar quince minutos explicándole, no tiene sentido“.

Lo que parece que no necesita de explicación es el feed de Instagram de Javier Calleja. Es, como decía antes, un artista con mucha influencia en esta red social. Una herramienta que le ha servido para darse a conocer, para conocerse así mismo y también para hacer pruebas sobre la aceptación de su obra.

“Instagram me ha ayudado bastante a que mi obra se viese de forma internacional. Pero las redes sociales son como un cuchillo. Puedes con un cuchillo cortar la carne o puedes herir a alguien. Depende del uso que le des.

Nunca he sido de redes sociales, fue Alicia la que me convenció para abrir un Instagram. Y me fue bien. Enseguida me di cuenta que sólo con los hashtag empezaba a tener respuesta por parte de personas desde Hong Kong, desde Australia, desde Estados Unidos…Empecé a hacer muchos contactos.

Pero caí en lo peligroso del “like”. Sabía que foto iba a gustar mucho y cuál no. Y empecé, a dedicarle quizás tiempo a hacer aquellas cosas que sabían que iban a funcionar en Instagram. Es como si te levantas de la cama y tienes 500 o 3000 likes y sientes que son personas que están alabando lo bien que lo estás haciendo. Y eso tiene su morbo y una parte muy atractiva. Pero llegó un momento en el que me di cuenta que estaba haciendo obras para Instagram y  me planteé si las estaba haciendo porque era lo que quería hacer o si las estaba haciendo para tener muchos likes… Y eso me hizo replantearme muchas cosas. Porque yo no quiero ser influencers, quiero ser artista que es lo que soy, e Instagram no se podía hacer más grande que yo.

Entonces es cuando decidí que iba a enseñar mi obra sin pensar en los likes y aunque a pesar de ello perdiera followers, y así fue. Durante tres años estuve perdiendo constantemente followers, pero me dio igual.

Y me di cuenta también de que de alguna manera somos víctimas de las redes sociales, de un algoritmo matemático. Si ellos quieren que tú vayas para arriba porque les interesan los artistas y los creativos, pues te ponen en el algoritmo «Fomentar artistas» y si ahora les da más por los gatitos, pues te ponen «Fomentar gatitos”… Estamos un poco manipulados de alguna manera, así que decidí que yo la tenía que utilizarla a ella y no ella a mí.

Ahora no la uso tanto, pero la sigo queriendo. Las redes sociales son el futuro y el presente”.

Y ese seguir queriendo a Instagram es también un gesto de agradecimiento. Hay quien dice que su carrera se proyectó a nivel internacional gracias a su participación en Art Basel Hong Kong, de la mano de la Galería Nanzuka. Pero para llegar hasta allí, como dice Javier, hay que ir pasando de pantallas, como si fuese un videojuego, y todo cuenta. E Instagram en este caso le ayudó a pasar a una nueva fase.

“ Llego a Hong Kong porque conozco a coleccionistas a través de Instagram, estos coleccionistas hablan con otras personas y terminan contactándome de Nazuka, una de las mejores galerías de Asia para darme la oportunidad. Yo siempre he pensado que las oportunidades ocurren y no ocurren una vez, ocurren varias veces. Simplemente que tú tienes que utilizar esas oportunidades que te dan. Y si a mí me dan una oportunidad para hacer una exposición aquí y yo hago una exposición mala, por mucha oportunidad que me hayan dado, ya no vas subir de pantalla.

Hong Kong fue el momento en el que me la jugué. Era un riesgo porque era la primera vez que enseñaba aquellos personajes nuevos. El galerista quería hacer una exposición solo de cuadritos pequeñitos pero yo le dije que iba a poner dos cuadros grandes. Me la jugué y me salió bien.

En ese momento subimos de pantalla y mi nombre empezó a sonar en Asia. Aquello es diferente. O gustas o no gustas, pero si gustas Asia va directa y después viene Estados Unidos, Oriente Medio y después de Oriente Medio viene Europa y así se va todo.

Efectivamente es un momento muy clave la exposición en Hong Kong. El siguiente momento clave es cuando un galerista de Tokio ve la exposición de Hong Kong y da una nueva oportunidad. Entonces es cada vez que tienes una oportunidad tienes que aprovechar esa oportunidad que te brinda la vida, y las personas, claro”.

 

Calleja ha realizado en noviembre dos exitosas exposiciones en Asia. Por un lado, la galería EchoOneNanzuka de Bangkok, socia de la galería nipona con la que también trabaja Calleja, acogió la muestra ‘The Fu*k ́n bear’, una exposición que gira en torno a la presentación de un Bearbrick customizado con uno de sus personajes. Unos días más tarde la galería Nanzuka Underground de Tokio inauguraba la exposición ‘Do not touch’. Con esta de noviembre es la quinta vez que Calleja visita el continente asiático después de exponer en una primera ocasión con la Galería Aisho Nanzuka de Hong Kong, y acudir en dos ocasiones más a la feria Art Basel de Hong Kong de la mano de la Galería Nanzuka Underground.

Este malagueño que triunfa en el mundo del arte confiesa que nunca soñó con conseguir tanto, quizás como también asegura, debido a su inseguridad. Ahora que siente el reconocimiento sí se permite soñar: “ Los sueños es seguir para adelante y saber que hay más, porque esto es como si vas a una montaña, la escalas pensando que vas a llegar a la cima, y cuando llegas resulta que no era la cima, que hay otra cima más allá y te apetece seguir, y después resulta que a lo mejor el suelo es más resbaloso… Piensas que vas a llegar allí y vas a estar mejor o vas a estar más a gusto, más estable y resulta que aquel escalón que tú pensabas que era más estable tiene más barro y la caída es más grande … Pero quiero seguir, ahora no me quiero parar”.

 

Se levanta cada día a las 6 de la mañana. Para Alicia es el momento de contactar con Asia por la diferencia horario, y para Javier un momento increíble de trabajo, antes de que el resto del mundo empiece a funcionar. Quizás su obra tenía que llegar en este momento de la historia para triunfar como ha triunfado, pero nadie le ha regalado nada.

Quizás por eso tanto a Javier como Alicia les gusta pisar tierra firme y se recuerdan a menudo, que en esto del arte, al igual que en todo, un día estás en lo más alto, pero otro día puedes no estar. De ahí supongo su sencillez.

Tras la cena, José del Castillo nos había preparado una sorpresa para los postres; una muy dulce exposición, que ya habéis podido ver en las fotos. Momento de charlar, de preguntarle directamente a Javier y hacerse fotos con él. Que no todos los días tiene uno la oportunidad de estar con un artista de su reputación.

Momento de brindar y momento de compartir.

 

 

En la historia de Javier además percibo otro mensaje. Quizás esta valoración es más personal y vosotros no hayáis sacado esta conclusión. A mí la historia de su vida, de su carrera, de su trayectoria me dice: Apuesta por lo que quieres aunque parezca una locura y no se ciña a lo establecido. Insiste, se constante, adáptate a los elementos en vez de enfrentarte a ellos, úsalos a tu favor, diferénciate, cuando dudes o flaquees apóyate en personas que de verdad te quieren, no tengas miedo a desaprender lo aprendido, si lo aprendido te aleja de tu esencia, y se fiel a ti mismo. Así y sólo así podrás vivir la vida que quieres, incluso cuando el suelo se vuelva resbaladizo.

Gracias Javier por llevar el nombre de Málaga a esas galerías, exposiciones y colecciones. Gracias Javier por convertirte en uno mas en una noche en la que eras el gran protagonista.

Redacción: Ana Porras

InstagramCenas con Chispitas

Instagram Javier Calleja

Web Javier Calleja

Agradecimientos

Catering Doña Francisquita

Fotografía: Nacho Morales

Servicio de Transfer: Iberian Mobility

Equipo de CAC Málaga

Diseño imagen, web y filmación video: The Branders and Co

Decoración Floral, mobiliario y menaje: Virginia Floristas

Sonido: One2One

Programación Cenas con Chispitas-> Aquí

 

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