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¿Afecta el estrés a las posibilidades de quedarse embarazada?

¿Afecta el estrés a las posibilidades de quedarse embarazada?

Por fin llega el verano, las tardes de sol, salir con amigos, los días más largos, y las merecidas vacaciones. Para las parejas que están comenzando la búsqueda de embarazo es una gran oportunidad para pensar en viajar a un lugar romántico, donde poder relajarse e imaginar que el tan deseado embarazo llegará fruto de la desconexión y la huida del estrés diario. Pero para las parejas que ya están teniendo problemas de infertilidad, puede ser una época difícil. Algunos porque utilizan sus días de descanso para hacer el tratamiento, y así no tener que dar explicaciones a sus compañeros de trabajo, o al jefe. Otros lo tienen algo más complicado, pues si no utilizan las vacaciones para hacer el tratamiento, les resulta imposible compatibilizar los controles ecográficos y las visitas a la clínica con su día a día. Y es que someterse a un tratamiento de reproducción asistida, ya sea una inseminación artificial o una fecundación in vitro puede suponer una alta carga emocional y un aumento considerable del nivel de estrés en esas fechas. 

 

En mi opinión lo que peor llevan las parejas en esta situación es tener que oír los consejos o comentarios de personas cercanas sobre todo lo positivo que el verano puede ser para su proyecto de paternidad.

“Ahora llega el verano, os vais de vacaciones, te relajas, que tienes mucho estrés, ya verás que en el crucero seguro que te quedas”, comentario muy típico que oigo en la consulta con frecuencia y que mi paciente recibe con resignación. El comentario tenía toda la buena intención del mundo, pero ella ya llevaba dos veranos organizando viajes muy relajantes y románticos para que todos los astros se alinearan con la luna, Saturno, el ciclo menstrual, la ovulación, la calidad seminal y demás mitos que había ido recopilando de sus búsquedas por internet, y no había ocurrido nada de nada. 

En mi consulta tengo que responder a esta pregunta al menos dos o tres veces al día “Doctora, ¿el estrés  afecta al tratamiento?, es que yo (o mi pareja) tengo mucho estrés y pensamos que eso seguro que no es bueno”.

Aunque lo más lógico sería pensar que el estrés sí nos afecta negativamente para conseguir un embarazo, la realidad es que no existen estudios al respecto, que son muy difíciles de reproducir. Por otro lado, se conoce como incluso en situaciones de máximo estrés, el embarazo puede ocurrir de forma espontánea, en contra de todo pronóstico. 

Relacionado con esto último, Málaga acoge el Congreso de la Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología. Durante 5 días, especialistas de toda España se reúnen para compartir los más recientes avances en cada uno de los distintos campos que existen en nuestra especialidad. Con motivo del congreso y de mi participación en él, estaba revisando lo último publicado sobre aborto de repetición, entre otros de los temas que tendremos que debatir en este foro. Sobre este tema del estrés y su implicación en el embarazo encontré una publicación muy interesante y que creo que nos puede ayudar a entender un poco que se conoce hasta ahora sobre el tema. En 2017 La Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriologia (ESHRE) elaboró una guía de práctica clínica para proporcionar recomendaciones que ayuden a mejorar la calidad de la atención que se presta a las pacientes con perdida gestacional recurrente. 

Dentro de los distintos aspectos que se evalúan en la presente guía me encontré con el tema del estrés. Y me pareció muy interesante la conclusión a la que llegan los especialistas que han elaborado este documento, revisando todo lo publicado sobre el tema del estrés para poder aportar pautas con la máxima evidencia científica posible. 

La propia guía sugiere que el estrés materno está posiblemente asociado con un incremento del riesgo de efectos adversos durante la gestación y al nacimiento, pero que no existen estudios disponibles de calidad suficiente que lo avalen.

 

El impacto del estrés en el riesgo de aborto o perdida gestacional recurrente no está claro, o si el estrés es un factor implicado en los abortos. Uno de los estudios recogidos en la guía sugiere que podría existir asociación entre estrés y perdida gestacional, posiblemente mediado por una elevación de los niveles de cortisol, lo cual parece muy interesante pues nos permitiría tener un biomarcador objetivo para evaluar el grado de estrés que presenta nuestra paciente a nivel bioquímico, permitiéndonos seleccionar este grupo de riesgo. Si eso fuera posible, las terapias para reducir el estrés y el mayor apoyo por parte del equipo del acompañamiento emocional podría iniciarse en fases más precoces. Incluso valorando que esto pudiera ser así de reproducible, las parejas que consultan desde el principio ya podrían hacerse estas pruebas dentro de la batería estándar de estudio básico de esterilidad para identificar las pacientes que se pueden beneficiar más de estas intervenciones. Los investigadores examinaron la asociación entre el aborto y los niveles maternos en orina de cortisol durante las 3 primeras semanas tras la concepción. 

Aquellos embarazos que presentaban mayores niveles de cortisol en este periodo medido por el análisis tenían más probabilidad de tener un aborto espontáneo. 

Pero, ¿qué es el cortisol?. La producción de cortisol se eleva en respuesta a necesidades energéticas, inmunológicas y psicosociales. La elevación del cortisol podría servir como un marcador psicológico para el pronóstico reproductivo en la mujer, según los autores del estudio pues el cortisol parece afectar la producción de progesterona en fase lútea, y bajos niveles de progesterona pueden afectar la maduración uterina y el mantenimiento del embarazo. 

A pesar de que el cortisol es una hormona que se modifica por muchas causas y muy diversas, como son los cambios en los patrones de sueño o descanso, actividad física, alimentación, fumar, cafeína, tomar alcohol y algunas medicaciones como los esteriodes. 

En resumen, hasta que no seamos capaces de tener biomarcadores fiables que diagnostiquen los niveles de estrés de las parejas que se encuentran en búsqueda de embarazo o en tratamiento de fertilidad, una valoración por el equipo de acompañamiento emocional podría ayudarnos a identificar aquellos pacientes que se encuentren ante elevados niveles de estrés y recomendar estrategias para controlarlo, pues seguro que al menos conseguiremos que la experiencia durante el tiempo que estén en tratamiento será como mínimo menos estresante. 

¡Que disfrutéis de un buen verano y consigáis desconectar!

 

Dra Anabel Salazar

Directora de IVI Málaga

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