Entre el trabajo y todas las tareas diarias, desde que nos levantamos entramos como en una especie de piloto automático que nos permite hacer todo lo que tenemos en mente de una manera rápida y efectiva. En esto, es primordial que todo funcione de manera fluida, ya que cualquier fallo puede suponer que este ritmo se detenga en seco y provoque un efecto dominó que dificultará todo lo que viene detrás. tuberías atascadas.
Cuando estamos inmersos en la rutina diaria, que algo falle en casa puede suponer que la planificación de tu día se desbarate completamente. Si una tubería se atasca, por ejemplo, tendremos que esperar que venga el fontanero, y las tareas cotidianas, como lavar los platos o ducharnos, se aplazan de manera indefinida.
Ante esto, siempre viene bien amarnos de valor para enfrentarnos a la obstrucción que puede estar motivada por una posible bola de pelos o restos de comida de hace varios días. Sin embargo, podemos tirar de trucos caseros y medidas de andar por casa para intentar solucionar el problema sin que haya que acudir a nadie más.
Agua hirviendo
Una de las opciones más fáciles y socorridas es hacernos con una buena olla, poner agua a calentar y, una vez que esté hirviendo, verterla con cuidado por el sumidero. Es un método bastante efectivo ya que disuelve las acumulaciones. Sin embargo, hay que tener cuidado si las tuberías son de PVC… ¡se derretirán!
Usar el clásico desatascador
Igual que todos los edificios por ley tienen que tener un extintor, proponemos que sea obligatorio que en cada casa casa haya un desatascador de ventosa. Sirve para desatorar cualquier cosa: inodoros, duchas, desagües… ¡Eso sí que es versatilidad!
Para deshacernos de la obstrucción de la tubería, solo tenemos que hacer presión, encajar la ventosa, mover el palo de arriba a abajo enérgicamente y… ¡chás! La succión hará su magia y el atasco habrá desaparecido.
El método de la abuela: bicarbonato y vinagre
Esta mezcla es más que mítica. Todos hemos escuchado en algún momento a nuestras madres y abuelas sugerir el uso del bicarbonato para… bueno, muchísimas cosas. Lo usaban para todo. Pero en este caso, la fusión de las dos sustancias, bicarbonato y vinagre, crea un mejunje del que no pueden escapar los desechos acumulados en las tuberías.
Coca-Cola y a esperar
Para la siguiente solución solo necesitamos una botella de este conocido refresco –o sus imitaciones menos famosas– y un poco de paciencia. La efervescencia del refresco arrasará con todo lo que se encuentre a su paso en su viaje por las tuberías. Simplemente, tenemos que vaciar la botella por el desagüe afectado y esperar alrededor de 15 minutos. Después, el agua fluirá como nunca antes.
Descuelga el abrigo… ¡necesitamos una percha!
Quizá uno de los métodos menos ortodoxos consiste en coger una percha de alambre y estirarla. Moldea la punta a tu gusto, introduce el alambre por el conducto del agua y… ¡a pescar se ha dicho! Solo nos queda localizar el foco de obstrucción, enganchar los desechos y sacarlos. Lo importante de esta solución es evitar el exceso de contacto con lo que salga de las tuberías, quizás no sea apto para estómagos sensibles.
Manualmente, como toda la vida
Si nada de lo anterior funciona, o preferimos optar por una vía más clásica, tenemos la opción de ponernos a desenroscar las tuberías y eliminar el taponamiento con nuestras propias manos. La forma de U de las conductos suele ser la causante de la mayoría de obstrucciones, así que deberemos centrarnos en esa parte.