Aunque se preveía un verano complicado como consecuencia del coronavirus, parece que algunas actividades típicas de esta época, como ir a la playa, sí se realizarán con una cierta normalidad.
Durante los próximos meses podremos disfrutar del olor a espetos, del sol y del romper de las olas continuo como sinfonía a nuestros días de playa. Hay quienes encuentran esto último muy relajante, otros lo identifican como una seña de identidad del verano y, los más pequeños, disfrutan revolcándose con las olas al romper en la orilla.
A lo mejor alguna vez te has hecho esta pregunta: ¿por qué se crean y rompen las olas del mar?
La explicación es sencilla. La mayoría de las olas del mar se forman gracias al choque del viento con la superficie del agua. El viento mueve el agua hacia delante y crea unas olitas muy pequeñas, parecidas a las que crea en una piscina. Suelen ser olas pequeñas y de poca dimensión.
Cuanto mayor sea la fuerza con la que sopla el viento, mayores serán las olas.
El efecto del viento sobre el mar es tan grande que cualquier cambio de presión atmosférica produce que el mar se mueva y cree oleaje. Cuanto mayor sea la fuerza con la que sopla el viento, mayores serán las olas. Sin embargo, para que una ola llegue a alcanzar un tamaño considerable entran en juego otros factores como la distancia del viento de la superficie del agua, su velocidad y el tiempo que mantiene estable su dirección.
Por otro lado, en los mares existen muchos desequilibrios en cuanto a temperatura, presión o salinidad, entre otros parámetros. La naturaleza, que es sabia, intenta igualar todos los niveles mediante corrientes y olas. Además, aunque lo parezca, las olas antes de romper no se mueven de atrás hacia adelante, sino de arriba –desde la superficie– hasta abajo –el fondo marino–.
La naturaleza intenta igualar todos sus niveles mediante corrientes y olas
Entonces, ¿por qué rompen las olas en la orilla? En este caso, la culpa es de la profundidad de la superficie. Al llegar a la orilla, hay menos profundidad, lo que hace que la ola avance más lentamente, rompe su equilibrio y provoca que acabe rompiendo contra el suelo, creando ese ruido tan característico.
La naturaleza, como siempre, sigue sorprendiendo incluso con las cosas más cotidianas. Solo nos queda salir a disfrutar del incesante romper de las olas este verano, ya sea para jugar con ellas, tomar el sol en su compañía o para leer un buen libro con este relajante sonido de fondo.