En 2018 ya debutó aquí, sin embargo Pablo López confesaba estar nervioso por volver a uno de los escenarios más imponentes del panorama musical español, el de Starlite. Un espectáculo en el que presentaba su álbum ‘Camino, Fuego y Libertad‘ y para el que, además, agotó las entradas.
“¡Buenas noches, Starlite, gente bonita!”, empezaba diciendo el fuengiroleño una vez que terminó de cantar el primer bloque de canciones entre las que se encontraban ‘El Camino‘, ‘El Niño’ y ‘La Mejor Noche De Mi Vida‘.
Poco más que un piano, su fiel compañero de viaje, le hizo falta a Pablo para hacer vibrar al público en una mezcla de pasión, intimidad y garra que no dejó indiferente a ninguno de los allí presentes. Enseguida se creo una comunión entre la audiencia y el artista en la que ambas partes se entregaron a la otra. “Os pido que os despendoléis y seáis genuinos, libres. Vuélvete loco de libertad, siempre”, pidió.
Y es que Pablo López demostró ser un experto en esto de darle a su público lo que quiere. De hecho, uno de los asistentes aprovechó un intervalo entre canciones para pedirle a Pablo la toalla que usaba para limpiarse el sudor, y tras varias bromas, el intérprete no tuvo reparos en lanzársela, para mas tarde repetir la jugada con otra toalla diferente.
La naturalidad que desprende el artista engrandece, más si cabe, tanto a él como al espectáculo. Llegó incluso a compartir el momento en el que, después de un intenso puente musical a piano, se rompió una uña. Un gesto casi infantil que acercó a la persona detrás del artista y que el público supo agradecer.
Pero si hubo un momento en el que Pablo se entregó totalmente a los asistentes fue cuando decidió abandonar el escenario y colarse entre los palcos hasta llegar a la zona de tribuna, donde aprovechó para saludar a la fundadora de Starlite Festival, Sandra García-Sanjuán. El momento se convirtió en uno muy íntimo y especial cuando, de la mano de Sandra, empezó a cantar ‘Lo Saben Mis Zapatos’ a dúo con el público. La brisa, las luces, y el respeto por el momento que se estaba viviendo quedará marcado por todos los que pudieron disfrutarlo.
Esa noche, además, Pablo tuvo unas palabras para su madre, que estaba entre el público, pero también quiso hacer muy protagonista a su hermano Luigii López, el que después continuó la fiesta pinchando en la zona Sessions de Starlite. “Nos metemos fuego en el alma todos los días. Lo admiro mucho”, contaba sobre su hermano que salió al escenario para fundirse en un abrazo con Pablo.
Uno de los momentos más destacables fue cuando alejó el micrófono y dejo de tocar el piano para desnudarse ante todos y cantar a viva voz y sin ningún apoyo, un gesto que el público agradeció con una larga y sonora ovación.
“Que bonita la vida” decía después de sorprender a todos cantando ‘The Show Must Go On’ sobre la que advirtió “mamá, esta no es mía”. Una noche repleta de música, talento y arte para ser libres y disfrutar del presente. Y es que con Pablo López y su piano el espectáculo está asegurado.
Redacción y fotografía: Pablo Navarrete | Fotografías de apoyo: Starlite