26 de Abril. Esa era la fecha que muchos esperaban como si se tratase la noche de los Reyes Magos. Los niños por fin pudieron salir a pasear y respirar aire fresco después de 42 días de confinamiento, algo que ha hecho que las calles comiencen a cobrar vida. Así ha sido en muchos espacios de Málaga.
Estas permiso del gobierno ha permitido que casi 6 millones de niños menores de hasta 13 años hayan tenido la posibilidad de salir, aunque con medidas restrictivas que nos recuerdan que esto no es una vuelta a la normalidad como antes la entendíamos. Hemos salido a la calle y hemos compartido el momento con algunas familias malagueñas.
Aunque la mayoría ha cumplido todas las medidas que ha impuesto el gobierno, otros, poniéndonos en riesgo a todos, han salido a la calle sin respetar nada. El gobierno ha advertido de que se ajustaran las condiciones si no se cumplen las normas y que todo aquel que las incumpla podrá ser multado con hasta 1.500 euros. También ha avisado de que pueden dar marcha atrás y volver a ordenar el confinamiento absoluto.
Amaranta Pozo
Muchos niños han vivido este día como algo muy especial. “Mi hijo se levantó ayer muy temprano y emocionado, ¡parecía el día de reyes! Dejamos la bicicleta preparada la noche anterior y esta mañana mientras yo desayunaba él ya estaba completamente vestido y esperando para salir”. Nos cuenta Amaranta Pozo, madre de un niño de 4 años, para quien también ha sido un día especial: “Yo también necesitaba salir a la calle, el sentimiento de libertad ha sido inmenso”.
«El sentimiento de libertad ha sido inmenso»
Amaranta y su hijo en la Malagueta
Juan Manuel Carreras
Como Amaranta y su hijo, Juan Manuel Carreras y su nieto de 7 años también estaban listos para el paseo, en este caso por el centro de Málaga. Juan Manuel comenta que su nieto “iba mirándolo todo, como en las películas cuando alguien llega a una gran ciudad y lo observa todo, y me decía, ¡no hay personas, ni coches!”. Ellos decidieron salir temprano, sobre las 10 de la mañana, cuando aún no había mucha gente paseando.
Cuando hablamos sobre el cumplimiento de las medidas de seguridad, Juan Manuel confiesa que está preocupado: “A mí me da un poco de miedo, no sé como va a salir esto (…) Yo no me senté en los bancos ni deje que el niño tocara nada y eso que él iba con la mascarilla y con los guantes. Las pocas madres que vi llevaban mascarilla y guantes pero los niños no. También vi a un niño de unos 3 años que iba con el padre y estaba tocándolo todo y subiéndose a todos los bancos». Juan Manuel cree que ante estos comportamientos la policía debería de ser muy estricta.
«A mí me da un poco de miedo»
Juan Manuel y su nieto en la plaza de la Merced
Gonzalo Gross
La misma opinión tiene Gonzalo Gross, que salió a pasear con sus dos hijos de 3 y 5 años: “La policía tiene que estar atenta, hay que multar igual que cuando vas al supermercado y no es el que está más cerca de tu casa”. Sin embargo, Gonzalo asegura que por lo que pudo comprobar la gente estaba respetando la normativa en su zona: “Todo el mundo respetaba las medidas de seguridad, aunque muchos no llevaban guantes ni mascarilla, porque desgraciadamente no hay en las farmacias. Nosotros tuvimos que encargar las de los niños”.
Además destaca que le llamó la atención la responsabilidad con la que actuaron los niños: “Mi hijo se cruzó con dos amigos y se mantuvieron a 10 metros, tenían los dos bien aprendidas las medidas, tanto mi niño como los otros sabían que no podían acercarse, de forma que se saludaron y poco más”.
» Tanto mi niño como los otros sabían que no podían acercarse»
Gonzalo y sus hijos en la Malagueta
Todos decidieron salir temprano, para no cruzarse con mucha gente, y confirman que la mayor parte de las personas cumplían las medidas de seguridad. Aunque es cierto que han surgido dudas en torno a la seguridad de esta propuesta, hay personas que necesitaban urgentemente esta salida. Un claro ejemplo de ello es la última madre con la que hemos hablado.
Laura Abril
Laura Abril, ella no solo lleva 42 días confinada, sino alrededor de 80, ya que dio a luz a su hija Sofía el 10 de Abril. “Me sorprendí gratamente porque no me crucé con demasiada gente, el centro de Málaga estaba muy tranquilo, la gente con la que me crucé eran gente con perros o con niños, y se veía a todo el mundo súper feliz, todo el mundo te iba sonriendo, era como un estado idílico de la sociedad”, nos cuenta sobre su paseo con Sofía.
» Todo el mundo te iba sonriendo»
Laura asegura que todas las personas que vio respetaban la distancia de seguridad. Para ella esta medida ha sido muy importante: “ Es un alivio muy grande, porque no tengo ningún espacio al aire libre en casa. Me parece que esta medida era necesaria, porque mi hija de momento no anda pero hay muchos niños que necesitan andar, necesitan correr”. Eso sí, remarca, como los demás, la necesidad de ser responsables: “Nuestros sanitarios hacen un esfuerzo sobrehumano, y ponen en peligro sus vidas todos los días para que la gente se recupere, no podemos dejar que haya ahora un repunte”.
Laura y su hija en la Malagueta
Desde luego, podemos asegurar que la libertad a día de hoy es un bien muy preciado, y que para conseguirla debemos ser responsables y cumplir con las medidas de seguridad necesarias para hacer que nuestras vidas vuelvan pronto a la «normalidad».
Fotografías: Lorenzo Carnero