Ahora que a partir del lunes entramos en la Fase 1 de la desescalada, es hora de poner el contador a cero y arreglar todo aquello que hemos descuidado durante la cuarentena. Indudablemente, la crisis del coronavirus ha supuesto que, tanto física como psicológicamente, suframos un desgaste y ha puesto prueba nuestra capacidad de adaptación. Es hora de enfrentarnos a la realidad y empezar a poner en orden todo aquello que por apatía o, simplemente, porque no ha quedado más remedio, hemos desatendido de nosotras mismas.
Por suerte, aún estamos a tiempo de corregir estos errores y aprender de la situación que la vida nos ha puesto por delante. Debemos hacerlo con firmeza y siendo conscientes de lo que hemos descuidado, pero también debemos ser comprensivas y permitirnos este periodo de readaptación a nivel interno y externo sin juzgarnos.
Aunque hayas visto a mucha gente haciendo deporte desde casa en las redes, comiendo súper sano y participando en 1001 actividades online, te aseguramos que para la mayoría esta etapa no ha estado rodeada de esa supuesta perfección. Kilos de mas, sedentarismo, desorden en los horarios y muchos momentos de desánimo provocados por la incertidumbre han sido también protagonistas de estos dos meses de confinamiento.
1.- Vuelta a la alimentación sana
Esta cuarentena ha propiciado que perdiésemos la noción de lo que comíamos, hemos picado a deshoras, y hemos caído continuamente en la gula. Comer es una forma de «saciar la ansiedad». Además, el tiempo libre nos ha convertido en auténticas expertas en el arte de la repostería… o eso hemos intentado.
La comida se ha convertido en nuestro refugio
Por otro lado, el estrés y la incertidumbre que ha creado esta crisis en nosotras ha llevado a que la comida se haya convertido, en muchos momentos, en nuestro refugio. Es algo completamente normal, y una respuesta natural del cuerpo ante este tipo de situaciones.
Ahora, ha llegado el momento de que reconduzcamos esta conducta y pongamos en orden nuestra dieta. Beber mucha agua y evitar los ultraprocesados puede ser una buena manera de volver a las comidas sanas. Poco a poco podremos ir invirtiendo la tendencia para que nuestra dieta sea más equilibrada.
2.- ¡Hora de moverse!
La limitación de movilidad y el cierre de gimnasios, aunque al principio sustituido por actividades deportivas online, después también se cambiaron por más horas dedicadas al sofá.
Por suerte, la desescalada nos permite salir a pasear y a hacer deporte. Esto crea el escenario perfecto para que la balanza empiece a equilibrarse. Además, hacer ejercicio segrega serotonina, lo que nos hará estar mucho más felices y eso se notará en nuestro día a día.
3.- El día, en orden
Seguro que más de una vez has pensado que echabas de menos tu rutina anterior al confinamiento. Lo cierto es que mantener un ritmo de vida ordenado ayuda mucho a enfrentarse a situaciones como la de los últimos meses.
El confinamiento ha sido un aliado perfecto para que el desorden haya campado a sus anchas por nuestra vida
Bien es cierto que el confinamiento ha sido un aliado perfecto para que el desorden haya campado a sus anchas por nuestra vida diaria. Esto, aunque parezca una tontería, influye en todos los aspectos de la vida: comidas, ritmos de sueño, trabajo…
Por eso, ha llegado el momento de que empecemos a fijar unos horarios para actividades y rutinas concretas: realizar todas las comidas a una misma hora, teletrabajar siempre en el mismo sitio y en el mismo tramo horario, regularse el sueño… Cuando nos queramos dar cuenta, nuestra rutina será muy parecida a la que teníamos algunos meses atrás.
4.- ¡Adiós malas noticias!
Desde que esta pandemia llegó a España, los medios no han parado de hablar de ella. Igualmente, las redes sociales y conversaciones de WhatsApp han servido como vehículo para un sinfín de informaciones sin contrastar y mal formuladas.
No no nos permitamos caer en un bucle de negatividad
Todo ello ha perjudicado nuestra salud mental durante estas semanas y ha creado situaciones de estrés. No está de más estar informadas, pero no nos permitamos caer en un bucle de negatividad. Hacer deporte, salir a pasear y dedicándonos un poco de tiempo a nosotras mismas con actividades de ocio en casa, nos ayudarán a oxigenar la mente.
5.- Sintámonos guapas
No salir de casa ni para ir a trabajar ha hecho que descuidemos nuestro cuidado personal y que desconectemos de nuestra parte más coqueta. Pero ha llegado el momento de olvidarnos del pijama y el chándal por un rato. Aunque sea para salir a comprar el pan, es una buena idea maquillarnos, peinarnos y ponernos algo que nos haga sentir guapas. Quien se siente bien por fuera, se siente bien por dentro.
Ha llegado el momento de olvidarnos del pijama y el chándal por un rato
Además, este periodo en casa también ha propiciado que nuestra piel y nuestro cabello pierdan brillo y se vean más apagados. Quizás sea el momento perfecto para probar nuevas mascarillas y buscar que el sol nos recargue de vitamina.
6.- Reconectémos con los demás
Aunque las videollamadas, las llamadas telefónicas y las redes sociales han sido indispensables durante el confinamiento, lo que empezó como una comunicación habitual, se ha ido apagando con el tiempo.
Ahora, con el paso a la siguiente fase ha llegado el momento de reunirnos con las personas a las que queremos y reforzar ese vínculo con ellas. Siempre con responsabilidad.
7.- Debemos apagar el piloto automático
Debemos vivir cada cosa como un niño que experimenta nuevas sensaciones por primera vez
Debemos vivir cada cosa como un niño que experimenta nuevas sensaciones por primera vez en su vida. Aunque se trate de tomarse una cerveza con un amigo o intercambiar risas con algún familiar, debemos ser conscientes del valor que eso tiene y la falta que nos ha hecho cuando no lo hemos podido disfrutar.
8.- ¡Aprovechemos el camino hacia la nueva normalidad!
Ha llegado el punto de inflexión que estábamos esperando desde hace tiempo. Cada una de nosotras ha vivido estos meses a su manera y los sentimientos experimentados han sido personales y diferentes. Por eso, debemos vivir esta transición como una nueva oportunidad para reinventarnos y tomar las riendas de nuestra propia vida, invirtiendo tiempo en aquello que realmente nos hace felices y teniendo en cuenta todas las lecciones que esta crisis nos ha enseñado.