«¿Qué te parece un reportaje sobre la comida halal?” Ana, Directora de Yo Soy Mujer, y yo repasábamos el planillo de cara a los próximos reportajes cuando me soltó la pregunta mientras hablábamos por teléfono. «He oído hablar de ella en alguna ocasión, pero con lo que sé no creo que pueda hacer un reportaje”, fue mi respuesta. Así es que con la idea en la cabeza, colgué y me zambullí de lleno en Internet. «Es una buena oportunidad para escribir sobre otra cultura, así es que algo se me ocurrirá”, pensé. Dos horas después tenía la solución. Omar y Raisa me ayudarían. Apagué el ordenador y empecé a hacer la maleta…
Nunca había viajado a Ceuta, así es que hacer un reportaje sobre la comida halal me permitiría también conocerla. Tras coger un ferry cargada con una maleta y un millón de ideas en la cabeza, Omar me esperaba en el puerto. Era amigo de un compañero de Facultad y rápidamente se me vino a la cabeza cuando pensaba opciones para el reportaje. Se mostró encantado cuando le conté la idea por teléfono y no dudó en invitarme a pasar unos días con él y su mujer, Raisa. Ambos regentan un restaurante en pleno corazón ceutí, así es que eran perfectos para explicarme en qué consistía la comida halal. «Puede parecer algo complejo de entender pero para nosotros, los musulmanes, no lo es en absoluto. Vivimos con ello desde que nacemos, así es que lo entendemos como algo natural”, me cuenta mientras nos dirigimos a su casa.
Raisa nos abre la puerta. Sus ojos me llaman la atención. Son grandes y tienen un color intenso. Es joven y guapa. Acaba de casarse con Omar y rebosa felicidad. Rápidamente nos acomodamos en el salón de la casa y les explico con detalle la razón que me ha llevado a Ceuta mientras tomamos un té realmente delicioso. «Has venido al lugar adecuado”, apunta ella. «Con nosotros aprenderás en qué consiste la comida halal”, indica Omar.
«Literalmente, halal significa permisible”, comienza a explicar Omar. «Como todas las civilizaciones, la musulmana cuenta con sus comidas distintivas que, en este caso, más que platos, son leyes sobre lo que está permitido comer y lo que no”, continúa. «Y a eso es, justamente, a lo que nos referimos cuando hablamos de comida halal: a la comida que, como musulmanes nos está permitido comer y la que no, según queda establecido en las páginas del Corán”, explica Raisa.
«Existen múltiples interpretaciones de la halal, dependiendo de las diferentes comunidades islámicas”, me explica Omar. «Las interpretaciones de la halal varían en función de la restricción o permisibilidad”, continúa Raisa. Una de las variantes más seguidas es la halal dhabiha, representada por la comunidad suní. Para este grupo, un alimento puede ser considerado halal siempre y cuando no se trate de ninguna sustancia prohibida, y las carnes han de proceder siempre de animales muertos acorde a lo recogido en las doctrinas. La dhabiha debe aplicarse a todos los animales, exceptuando los pescados y mariscos, considerados halal en su totalidad.
Para que una carne sea considerada halal, ésta debe proceder de animales no prohibidos, que deben ser sacrificados de acuerdo con lo prescrito por la Ley Islámica. Así, el sacrificio ha de llevarse a cabo mediante una rápida incisión con una cuchilla afilada en la garganta que corte la vena yugular y la arteria carótida, sin provocar daño alguno, sin embargo, en la espina dorsal del animal. «Esto se hace así para conseguir que el animal sienta el menor dolor posible a la hora de morir. Esta fórmula permite conseguir una mayor drenaje en el carne y, por ende, una mayor higiene en el alimento”, cuenta Omar.
«También existe una doctrina algo más permisiva a la hora de hablar de carne halal”, comienza Raisa. «En la bismillah, la carne es considerada halal, en general, siempre que no proceda de animales impuros, como el cerdo”, explica. «En ésta, que es la seguida por los chiíes, a pesar de que el pescado se considera halal en términos generales, hay varias excepciones que lo califican como alimento haram o prohibido”.
Alimentos expresamente prohibidos
Algunas carnes animales son expresamente prohibidas por los versos del Corán. Según los versos de este texto sagrado, estos son los alimentos que se consideran nocivos para el hombre, por lo que no deben ser ingeridos:
- La carne de animal hallado muerto.
- La carne de cerdo y jabalí, y sus derivados.
- Aquéllos animales sobre los que se ha invocado un nombre distinto del de Alá.
- El animal muero por asfixia, estrangulado, apaleado, por una caída, de una cornada o devorado por una fiera, salvo si, estando vivo, ha sido debidamente sacrificado.
- Animales con colmillos.
- Animales carnívoros y carroñeros.
- Animales que poseen dientes caninos protuberantes.
- Anfibios como las ranas, cocodrilos, tortugas, etc.
- Reptiles e insectos.
- Aves con garras.
- Partes de animales que se hayan cortado mientras estaban vivos.
- Ingredientes procedentes de animales prohibidos o de animales no sacrificados de forma halal.
Además de estas carnes animales, el Corán también recoge como alimentos haram:
- El alcohol, las bebidas alcohólicas, las sustancias nocivas o venenosas, así como las plantas o bebidas intoxicantes.
¿Y qué pasa cuando no se encuentre comida halal?
«Realmente no pasa nada”, explica Omar. «Todos los musulmanes sabemos que es muy complejo seguir las leyes islámicas referidas a la comida en aquellas zonas en las que la cultura no es musulmana”, continúa. «Por lo tanto, existen algunas excepciones claras a estas leyes”, comenta. «En caso de no encontrar comida halal, romper las leyes no es considerado pecado”, explica Raisa.
Los consumidores islámicos en nuestro país no lo han tenido demasiado fácil a la hora de adquirir alimentos halal o permitidos por le ley islámica. La indiferencia legal existente en torno a la identificación de esta tipología de producto puede haber afectado a una población musulmana que puede incluso superar el millón de creyentes en España.
Esta dificultad para encontrar alimentos adecuados a los principios recogidos en el Corán ha llevado, en algunos casos, a no cumplir con las garantías mínimas en materia de higiene y seguridad alimentaria al producirse sacrificios de animales en domicilios para conseguir comer carne halal. Por otro lado, el hecho de que algunos alimentos no cuenten con un etiquetado correcto que les impide conocer con exactitud la presencia de materias primas prohibidas en el mundo musulmán ha generado una importante corriente de desconfianza entre la comunidad musulmana de nuestro país. Por ejemplo, muchos han sido los que rechazan el consumo de cerveza publicitada como ‘sin alcohol’ por la permisión legal del 1%, y sin la adopción de garantías adicionales al 0,0%; o prohíben a sus hijos la bollería industrial por la presunta presencia de manteca de cerdo entre sus ingredientes.
Y así, escuchando atentamente las explicaciones de Omar y Raisa nos sentamos a la mesa, donde degustamos un delicioso menú hecho, como no podía ser de otra manera en esa casa, a base de comida halal. Un auténtico deleite para los sentidos al margen de cualquier principio religioso recogido en el Corán.
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