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#SiNoTeHaTocadoTeTocaAyudar, la red que confecciona batas de protección con bolsas de basura

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#SiNoTeHaTocadoTeTocaAyudar, la red que confecciona batas de protección con bolsas de basura

Pasar este confinamiento a solas en casa se ha convertido en una pesadilla para muchas personas, cuyo único medio para estar en contacto con familiares y amigos es a través del móvil o el ordenador. Es el caso de Yolanda Gutiérrez-Novis, que tras unos primeros días sin saber muy bien cómo afrontar esta etapa, se propuso que tenía que ayudar de alguna forma y emplear su tiempo y su energía en algo que fuese útil para todos.

Yolanda tiene una empresa de catering que, por supuesto, ha tenido que cerrar. Así que ni siquiera podía plantearse el teletrabajo. Todos los eventos que tenía para estos meses, entre ellos varias comuniones, tendrán que esperar y siguen sin fecha para una posible celebración.

Una de sus formas de animarse, y animar a los que la conocen, es cada día disfrazarse y salir a su terraza a bailar. Eso lo sigue haciendo, pero desde hace ya unas semanas dedica la mayor parte de su jornada a  coordinar a una red de mujeres que confeccionan batas de protección a partir de bolsas de basura cuyo lema es #SiNoTeHaTocadoTeTocaAyudar. Además de coordinar, se encarga también de confeccionarlas y entregarlas, que es a lo que dedica más tiempo.

Esta iniciativa comenzó en Madrid y enseguida se extendió por 20 ciudades de todo el territorio nacional. Yolanda decidió traerla también a Málaga. Actualmente, son quince las mujeres que están al pie del cañón confeccionando batas de protección que surten a diferentes hospitales, residencias de ancianos y personas particulares por toda la costa malagueña.

El proyecto #SiNoTeHaTocadoTeTocaAyudar, del que forma parte el grupo coordinado por Yolanda, está integrado por más de 12 mil voluntarios que en este tiempo han sido capaces de confeccionar y repartir más de 65 mil batas entre hospitales, residencias, fuerzas de seguridad, y organizaciones benéficas de las ciudades en las que está presente.

Yolanda Gutiérrez-Novis repartiendo en un centro hospitalario

 

Pero más allá de aprovechar este periodo de darse a los demás, Yolanda ha encontrado en el confinamiento un momento para estar con ella misma, conocerse y cumplir uno de los propósitos que se planteó para este 2020: disfrutar de todo al máximo, incluso de su propia compañía.

Así nos cuenta Yolanda cómo comenzó esta iniciativa, cómo funciona la red de confección y lo que le está suponiendo para ella a nivel personal.

¿Cómo empezó esta iniciativa?

Teresa y Mónica Merello fueron las pioneras en hacer estas batas en Madrid. Ellas tenían varios familiares sanitarios a los que les faltaban EPIS. Decidieron ponerle remedio, investigaron cómo hacer batas e hicieron un vídeo explicándolo. Luego, lo pasaron a familiares y amigos. En una semana consiguieron una cantidad enorme de batas hechas; a partir de esto decidieron crear un grupo de voluntarias en Madrid y la cosa fue corriendo por toda España.

¿Cómo llegas tú a esta iniciativa?

Mi prima vive en Madrid y es voluntaria allí. Me dijo que estaban buscando una coordinadora para hacer lo mismo en Málaga porque querían expandir la iniciativa por todo el territorio español. Le dije que sí, que yo estaba aquí sin hacer nada. Además, me vino muy bien poder hacer algo por los demás y sentirme útil. Había que gestionar el material, los lugares donde entregarlos y, en definitiva, había organizar todo y buscar voluntarias. Ahora, somos 15 trabajando aquí.

Yolanda haciendo entrega del material

¿Cuáles son tus labores en la red ahora mismo?

Además de hacer batas y gestionar el tema de las voluntarias, me ofrecí a hacer el reparto con mi coche a los hospitales y el resto de los lugares donde hiciera falta. Desde el 7 de abril, que fue el primer día que entregamos batas, hasta hoy se han entregado 1.110 batas en toda Málaga. En España, cerca de 65.000.

¿Cuáles son las áreas de reparto en Málaga?

«Cubrimos casi toda la costa, desde Sotogrande hasta Velez-Málaga»

Cubrimos casi toda la costa, desde Sotogrande hasta Velez-Málaga, que es donde estoy yo. Intentamos llegar a todos sitios donde necesiten nuestros equipos de protección. Aunque es cierto que a los hospitales privados nos está siendo más complicado acceder porque los directivos de estos no quieren que les entreguemos nada que no esté homologado y no haya pasado por controles. Aún así y ante la falta de EPIS, algunos empleados de estos centros nos están suplicando que se las entreguemos aunque no se enteren los superiores.

¿Solo entregáis en hospitales?

No, surtimos a residencias de ancianos y a particulares que cuidan a personas mayores en casa. También a todos los que nos llaman diciendo que necesitan batas, que saben de nosotros por el boca a boca. Allí donde nos necesiten, vamos a llevarles una cantidad de material que les cubra un tiempo determinado.

 

¿Cómo se realizan estas batas?

Con bolsas de basura normales y corrientes. Por un lado, usamos bolsas de 30 litros, las del cubo de basura normal, para las mangas. Por otro lado, para el cuerpo, usamos las de jardín de 120 litros más o menos.

Con esas dos bolsas se hace un traje EPI doméstico. No es como los que entrega el Gobierno, pero es mejor que nada. Además, están selladas con silicona. Las voluntarias que no tenemos silicona, las sellamos con cinta de embalar.

El resultado es muy bueno, se queda sin orificios, solo con la abertura trasera.

¿El material lo costeáis las voluntarias o contáis con el apoyo externo de donaciones?

Al grupo de Madrid sí que le han donado empresas privadas, pero las voluntarias del grupo de Málaga nos lo costeamos nosotras todo. Son bolsas que se pueden comprar en el súper. Las cintas de embalar es lo más problemático, pero se piden por Amazon y llega en un día o dos.

«Cada voluntaria compra el material para hacer las batas»

Cada voluntaria compra el material para hacer las batas, aunque si a alguna le falta material y otra tiene, pues nos ayudamos entre todas. Yo estoy surtiendo de cintas de embalar al grupo porque hice un pedido grande y si alguna se queda sin cinta, cuando voy a recoger las batas, les dejo los rollos. Voy intentando cubrirles el material que les falta. Pero normalmente, cada una compra el suyo.

De todas formas, no sale caro. Un paquete de bolsas de jardín trae 10, y las del cubo de la basura 30, que da para 30 batas. Es una satisfacción personal saber que cada bata es para proteger a una persona que trabaja para los demás poniendo en riesgo su vida, el dinero pasa a no importar tanto.

Y personalmente, ¿cómo estás viviendo el confinamiento?

Vivo sola y las tres primeras semanas tuve varios bajones. Es normal, lo que estamos viviendo es nuevo y no estamos preparados para ello. Intento distraerme bailando, cantando y, en definitiva, procuro evadirme lo que puedo. Estoy viviendo la parte más bonita de la cuarentena: pinto y hago manualidades, que es lo que a mí me gusta. Entre todo eso y el reparto de batas, no paro.

¿Crees que este tiempo confinada va a cambiarte?

Mucho. Me estoy encontrando a mí misma en todos los aspectos. Esto ha sido para mí una terapia. No depender de nadie, estar yo sola conmigo misma y encontrarme era uno de los objetivos que me plantee para el 2020 y la cuarentena me lo ha acelerado.

«Me estoy encontrando a mí misma en todos los aspectos»

Cuando todo acabe y el confinamiento se levante, muchos podrán decir que, a pesar de la tragedia que se está cobrando tantas vidas, han aprendido algo positivo de todo esto. En especial aquellas personas que de una u otra forma se han empleado en extender una inmensa ola de solidaridad.

Fotografías: Lorenzo Carnero | Redacción: Pablo Navarrete

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