Cuando se decretó el estado de alarma a todos nos alarmó que entre las actividades que podían continuar prestando sus servicios estuviesen las peluquerías y salones de belleza. La población, incluida el sector, puso el grito en las redes sociales. Decenas de memes inundaron nuestros dispositivos móviles. ¿Cómo iban a permanecer estos profesionales a un metro de distancia de los clientes? Porque por aquel entonces, solo se hablaba de un metro de separación. El Gobierno rectificó y estos centros han permanecido cerrados aunque en casos excepciones, para atender a personas impedidas, podían desplazarse a domicilios.
Ahora serán de los primeros en incorporarse, de hecho, se les autoriza a abrir sus puertas la semana que viene, en la que se ha llamado la fase 0 de la desescalada. La noticia les ha pillado por sorpresa, con pocos días para preparar la vuelta y con muy poca información, por no decir ninguna, de qué medidas específicas de seguridad deben tomar.
Lo que está claro es que muchas estábamos esperando este momento, aunque las más atrevidas nos hayamos atrevido con el tinte, con sesiones de belleza en casa, con los cortes de pelo o en seguir algún tutorial para mantener la manicura. Ahora se enfrentan a la reincorporación y lo hacen con muchas dudas pero por suerte, con lista de espera.
Centramos el caso en dos empresarias del sector. En Málaga acababa de abrir sus puertas, tras una fortísima inversión, el salón de peluquería y maquillaje Jessie Arte y Estilo. Jessica Arrabalid emprendió siendo muy joven y tras 12 años apostó por unas instalaciones más amplias, modernas y donde ofrecer un mejor servicio a su clientela. Solo un mes después de la inauguración, tuvo que cerrar. Jessie tiene 4 personas contratadas.
En Marbella, el caso de Leila Aber Baych, es distinto. Es autónoma, no tiene empleados y cuenta con una persona que colabora puntualmente cuando hay citas para ofrecer masajes.
Sus negocios, aunque del mismo sector, son distintos. Mientras Leila ha pasado estas semanas en casa sin poder hacer nada con respecto a su trabajo, Jessie, que es como la conocen todos, ha dedicado tiempo a detenerse en cuestiones de gestión que en el día a día no puede hacer de manera tan meticulosa y a prepararse para la vuelta: “Hice cese de actividad pero no he dejado de trabajar en casa, me puse con aquello tan importante y que le dedicamos muy poco tiempo, la gestión, ya fuera económica, de stock, protocolos de atención, seguridad e higiene… También he contactado con mis clientes, he hecho vídeos tutoriales para ellos, reuniones con el equipo vía vídeo llamada y mucha formación online”.
El permiso para abrir con cita previa la semana que viene les ha pillado un poco por sorpresa, van a crear precedente en la apertura de los negocios. Leila asegura que la información con la cuenta “es escasa, confusa y en algunos casos contradictoria”. Jessie se siente exactamente igual: “Es precipitado y poco claro. Una vez más, deja mucho lugar a la «interpretación». Si las cosas estuvieran claras, todo sería más sencillo”.
“La información es escasa, confusa y en algunos casos contradictoria”, Leila
Tanto Jessie como Leila se han preocupado de buscar esa información por su cuenta para intentar aplicar todas las medidas necesarias que garanticen su seguridad, la de sus clientes y en el caso de Jessie, la de sus trabajadores. “ Voy a abrir en cuanto se nos permita, porque la situación se vuelve insostenible. Tengo contratados a buenos profesionales y tengo claras las medidas que vamos a tomar, pero en cuestión de información hay muchas lagunas por parte del gobierno. Hemos creado un protocolo que todo el equipo conoce, es sencillo. Se trata de seguir un patrón. Pero aun así tendremos que esperar a que se publique en el BOE para saber la fecha exacta de apertura”, afirma Jessie. No sabe si será el 4 o el 11 de mayo cuando vuelva a abrir sus puertas.
Leila por su parte, como no tiene empleados, ha decidido esperar hasta el 11 de mayo que es cuando se inicia la siguiente fase de la desescalada. Dedicará la semana a preparar el centro y tener a punto todas las medidas de seguridad que considera serán necesarias: “En nuestro caso muchas de ellas ya las adoptábamos, por ejemplo, trabajamos siempre con mascarilla y ahora vamos a reforzar con una pantalla, además usamos material desechable.
«Empezaremos con un máximo de 2 ó 3 clientes al día»
Sí tenemos que reforzar con otras medidas, como una mayor utilización de geles desinfectantes, el que los clientes dejen los zapatos en la entrada y para ello contarán (como hasta ahora) con zapatillas de un solo uso, ventilaremos las cabinas durante más tiempo a la finalización de cada tratamiento, dejaremos más tiempo entre clienta y clienta, empezaremos con un máximo de 2 ó 3 clientes al día. A los clientes de una edad avanzada, las que forman parte de los grupos de riesgo, en principio no las atenderemos hasta finales del mes de mayo o principios de junio. Una vez que el cliente llegue al centro, le informaremos de todas las medidas a adoptar para que se sienta cómodo y pueda disfrutar de su tratamiento con total tranquilidad”.
«Que nadie se moleste si tiene que esperar un poco para su cita», Jessie
Evidentemente no podrán recuperar el dinero que han perdido, que han dejado de ganar en este periodo, pero en los dos casos cuentan ya con una agenda completa y lista de espera de sus clientes habituales. Jessie pide paciencia a sus clientes: “ Por favor, que nadie se moleste si tiene que esperar un poco para su cita. Vamos a intentar atender a todo el mundo”. Leila ha hablado en este tiempo con sus clientes y todos están deseando volver: “ Ya tengo la agenda bastante completa hasta el mes de junio incluido, por lo que me quiero centrar en garantizar la protección de mis clientes para que se sientan cómodos y seguros el tiempo que permanezcan en el centro”.
Seguridad y buena atención, son los puntos que les preocupan mientras siguen a atentas por si el Gobierno impone otras medidas a las que ya están adoptando.