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Carlos Díez de la Lastra: «En el sector turístico hay brotes verdes y nubes negras»

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Carlos Díez de la Lastra: «En el sector turístico hay brotes verdes y nubes negras»

La Costa del Sol, su evolución, desarrollo y su papel protagonista en el mundo como un destino turístico privilegiado no podría entenderse sin el esfuerzo que durante décadas han hecho los empresarios de establecimientos turísticos para mejorar la oferta y romper la estacionalidad. En ese sentido, siempre han buscado el apoyo de las administraciones para mostrar al mundo el potencial de una provincia que cuenta con sol y playa, pero también con cultura, gastronomía y preciosos enclaves naturales.

Málaga, la provincia, lo tiene todo como escenario para pasar unas vacaciones atractivas: buenas infraestructuras y las mejores conexiones, pero sobre todo, servicios. Esos servicios son los que en la mayoría de los casos nos diferencian de otros destinos. Y esos servicios los prestan personas que se esfuerzan por hacer la estancia de los visitantes más agradable para que nos recomienden y quieran volver. Todos vivimos del turismo directa o indirectamente y precisamente el sector es uno de los grandes perjudicados de esta crisis del Coronavirus.

Hotel Puente Romano

 

El contexto del sector turístico

Se ha demostrado que la crisis del COVID-19 en Andalucía ha estado mejor llevada que en otras comunidades, y las cifras de contagiados y fallecidos así lo demuestran. Por eso, en estos momentos, queremos confiar en que esa desescalada tan deseada, y que parece que se hará por territorios, esté más cercana por todo lo que eso supone.

Aún así, para cuando ese momento llegue, hay grandes interrogantes que siguen sin respuesta. ¿Podrán abrir los hoteles, hostales y apartamentos este verano? Si abren, ¿en qué condiciones lo harán? ¿Cuándo podrán volver los turistas extranjeros? ¿Tendrá el cliente nacional suficientes recursos para viajar? Podríamos seguir planteando interrogantes, uno detrás de otro, y no terminaríamos de movernos en esa incertidumbre que se adueña de todo en estos momentos. Todo son dudas y la mayoría de ellas sin posibilidad de respuesta aún. No hay nada claro, así que por desgracia tomar decisiones ahora es dar palos de ciego, manejar escenarios posibles y cómo habría que actuar en cada uno de los casos es de las pocas cosas que se pueden hacer.  Eso y recordarle al mundo que cuando todo esto pase seguiremos siendo un destino solvente y seguro, para que cuando en este confinamiento sueñen con volver a viajar, se acuerden de nosotros. 

Desde el sector hotelero se han llevado a cabo iniciativas solidarias en este tiempo, se han puesto establecimientos a disposición del Gobierno para que los usen como alojamiento para sanitarios e incluso como centros medicalizados. Es lo único que han podido hacer, y no es poco, porque sus puertas permanecen cerradas a cal y canto. 

De que abran de nuevo dependemos para volver a impulsar poco, aunque esperemos que sea mucho, nuestra economía. Esto es una cadena y los hoteles mueven muchos proveedores y con ello, además del empleo directo necesario para mantener en marcha sus instalaciones, fomentan también muchas contrataciones indirectas. Si los turistas llegan atraídos por nuestros hoteles, consumirán en nuestros comercios y restaurantes, harán uso de los campos de golf, harán excursiones y todos esos empresarios y empleados podrán a su vez consumir. Una cadena, como digo, que ahora mismo tiene todos los eslabones en el aire. 

Recepción del hotel Puente Romano

 

Comité de expertos de Turismo Costa del Sol

Turismo Costa del Sol, la entidad dependiente de Diputación, es muy consciente de ello y de que el sector debe sentirse respaldado y tener voz y voto en las medidas que se vayan a tomar. Algunas habrá que atacarlas tal cual se dicten por razones de prevención sanitaria, pero ellos son los que están día a día en las operativas, los que tratan de tú a tú con los clientes y los que pueden aportar soluciones y otras visiones, otras formas de hacer, que no se tienen desde un despacho administrativo. Por ese motivo se ha creado desde el ente institucional un comité de expertos para tratar la situación y acordar posibles medidas para la vuelta, sea cuando sea. Pero también para poner en marcha iniciativas que reactiven el sector y permitan captar nuevos turistas que nos elijan para pasar sus vacaciones. 

Turismo Costa del Sol ha formado un comité de expertos para tratar la situación

Esta mesa de expertos la forman, el presidente de la Diputación de Málaga y Turismo Costa del Sol, Francisco Salado; el director general de la Escuela Internacional de Alta Dirección Hotelera Les Roches Marbella, Carlos Díez de la Lastra; Carlos Vogeler, ex director ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y actual responsable de la estrategia turística de Omán; la vicepresidenta segunda de la Diputación y consejera delegada de Turismo Costa del Sol, Margarita del Cid; el presidente de Aehcos y del Foro de Turismo de la Costa del Sol, Luis Callejón, y el gerente de Turismo Costa del Sol, Antonio Díaz. Ellos se reúnen por videoconferencia periódicamente y están a su vez en contacto con otros agentes del turismo. 

Desde el Ministerio de Turismo las informaciones son confusas. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, mostraba su intención en un programa de televisión nacional de abrir los hoteles en cuento sea seguro, confiando en que pueda ser este próximo verano. Pero no, aún no hay directrices. Como a todo en esta crisis, hay que echarle paciencia, que es mala compañera de la incertidumbre y el miedo y exige hacer un esfuerzo extra. 

Encuentro de expertos

Son muchas las variables de las que depende el sector para recuperarse cuando todo esto pase. La comisión, por el momento va dando pasitos manejando los diferentes escenarios que se pueden producir y cuando se conozca cómo será el escenario real, ponerse en marcha cuanto antes con un plan ya preparado.

 

Carlos Díez de la Lastra, director general de Les Roches

Uno de los expertos que forma parte de esa mesa es Carlos Díez de la Lastra, director general de la Escuela Internacional de Alta Dirección Hotelera Les Roches Marbella. Carlos no solo se encarga de dirigir la formación de los que serán en un futuro directivos de hoteles y cadenas hoteleras, está continuamente en contacto con relevantes actores del turismo a nivel mundial, conoce el mercado nacional y el internacional, y cuenta con una fotografía bastante amplia del turismo en todo el mundo.

Carlos no ha dejado de trabajar en estos días. Son muchos los alumnos que pasan el confinamiento en Les Roches, y además de seguir ofreciendo formación se ocupa de que se cumplan las estrictas medidas de seguridad que se han impuesto dentro del recinto para evitar contagios. Nos dedica unos minutos de su aún apretada agenda e intenta contestar a nuestras preguntas, y digo intenta, porque muchas por el momento no tienen una respuesta, son todo hipótesis.

Carlos Díez de la Lastra

Carlos, ¿cuál dirías tú que es el mayor problema del sector hotelero en este momento?

«Lo peor para cualquier empresario es la incertidumbre»

Por lo que estamos viendo en las conversaciones y foros de discusión con los hoteleros, el principal miedo que hay en el sector es el no saber. Lo peor para cualquier empresario es la incertidumbre. Al menos cuando tienes un escenario en frente y sabes qué va a pasar puedes tomar medidas, puedes reorganizar la estructura y operación de la empresa para cuando llegue el momento. Pero ahora el principal miedo es que no hay nadie que pueda dar certeza de cuándo y cómo se va a volver de esta crisis. 

El segundo miedo es la pérdida de negocio o qué va a suponer. El sector hotelero es uno de los más afectados porque no se recuperará el negocio que se ha perdido. Como decía el presidente de Aehcos, una cama que dejamos de vender no se recupera. Incluso en una tienda, la gente que ahora no compre determinados productos, cuando salgamos de la crisis, posiblemente no va a consumir lo mismo, pero va a recuperar un poquito. Pero en el sector hotelero, el sector turístico en general, como es el caso también de las líneas aéreas, ya han perdido ese negocio. No va a volver. Sin embargo, los compromisos que tiene el empresario de pagar hipotecas, inversiones, salario del personal, en muchos casos se van a mantener y en los casos en los que no se mantengan va a perjudicar al empleado que trabaja en el sector. 

¿Qué escenarios posibles se están manejando?

El escenario hipotético más probable que se está manejando ahora mismo es una vuelta paulatina a la normalidad y la fecha que se baraja para ello es el 17 de junio. Pero todo esto puede ir cambiando y va cambiando por momentos. Se calcula que para finales de mayo se puedan empezar a relajar las medidas en los traslados nacionales y eso es importante para el turismo doméstico. La primera semana de junio puede ser una fecha aproximada para que se permita la apertura de establecimientos hoteleros y a mediados de junio, aunque sea de manera limitada, que comiencen algunos vuelos internacionales. Es solo un posible escenario, y no está basado en ninguna fuente oficial. Es en base a las opciones de mucha gente que está trabajando, pero nadie lo sabe a ciencia cierta. Depende de muchas cosas, entre ella de cómo evolucione la pandemia.

Meliá Don Pepe

«Esta crisis nos va a obligar a ir tomando decisiones conforme vaya avanzando»

Actualmente todo el sector hotelero, se encuentra con las plantillas en ERTES, pero el Gobierno penalizará a los que despidan a trabajadores en los seis meses siguientes. Si a los hoteles se les permite una ocupación de un 20 o un 30 %, difícilmente se va a poder mantener a toda la plantilla… 

Todo impacta en la línea de negocio. Si te obliga el Estado a dividir en dos la ocupación de espacios en los restaurantes o espacios comunes, y lo que antes ocupaban 60 personas ahora tienen que ocuparlo solo 30, pues obviamente es una menor rentabilidad. A un mismo recurso le están dando menos uso. 

«Puede pasar de todo»

Si al final se obliga a que tengas que contratar a todos lo empleados, hay un compromiso de gasto que no está relacionado con el ingreso variable que tienes. Es un gasto fijo comprometido que no puede ajustarse a los gastos reales. En temporada un hotel fluctúa mucho, en verano puede duplicar su masa salarial. ¿Qué puede pasar? Puede pasar de todo. Esta crisis nos va a obligar a ir tomando decisiones conforme vaya avanzando. Muchas decisiones que se tomen ahora se demostrarán que generarán problemas conforme vaya avanzando la crisis y tendrán que ser corregidas. Por ejemplo, el tema de los empleados y que plantear un ERTE te obliga a mantenerlos a todos durante los siguientes 6 meses… Por suerte o por desgracia esto no ha pasado en temporada alta. Si esto llega a pasar en temporada alta sería insostenible, ya que en temporada alta cualquier establecimiento tiene el doble de personal. Pero la respuesta a la cuestión que se plantea aquí va a ser siempre en base a cómo se comporte la demanda. 

«Si esto llega a pasar en temporada alta sería insostenible»

Hay dos visiones, una más optimista y una más pesimista. La más pesimista dice que prácticamente el año está perdido y que incluso esta crisis puede afectar a 2 o 3 años vista. Yo quiero ser partidario de la más optimista. Ya hay datos cuantitativos que están avalando esta opción. Hablaba con personas de un organismo institucional que tienen acceso a los datos de bigdata del sector y me decían que actualmente las reservas se están manteniendo. Las de mayo se han tenido que cancelar, pero las reservas de junio, julio y agosto están manteniéndose, lo que significa que la gente no está cancelando masivamente. Hay esperanza de recuperación.

«Hay brotes verdes y nubes negras»

De hecho, acabo de recibir la noticia de que ciertas plataformas de contratación de viajes están viendo un repunte en las reservas de agosto. Hay brotes verdes y nubes negras, según queramos verlo. Depende de cómo se comporte al final la demanda. Estos datos indican que aunque tengan miedo, confían en que vamos a salir en verano, no quieren perderse las vacaciones y van a hacer un esfuerzo por viajar en la medida que cada uno pueda… En este escenario más optimista, al haber planteado un ERTE en temporada baja, quiere decir que con los empleados que tienes en el ERTE y que tienes que mantener, aunque la ocupación caiga hasta en un 40 %, te vas a poder mantener. Lo que no se podrá es contratar a más personas como se hace habitualmente. 

Por otra parte, las políticas de precios van a tener que entrar en juego, y si hay ayudas estatales, pues va a ser una situación más o menos difícil pero sostenible. Pero si la demanda no entra en juego bien, ahí nos enfrentaremos a una situación más dramática. 

Habitación del hotel B bou Cortijo Bravo

 

¿Se va a llegar a un acuerdo por parte del sector hotelero con los precios o posiblemente vamos a entrar en una guerra de precios si cada uno va por su cuenta? Se habla incluso en que los hoteleros de Málaga iban a hacer ofertas a los propios malagueños para que pasen sus vacaciones en la provincia…

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«Dependemos de cómo se juegue a nivel global con las fronteras»

Estamos en una situación de incertidumbre. Y eso fomenta que haya opiniones de todos los tipos. Si me preguntas sobre decisiones conjuntas que son factibles que se produzcan… Hay una que es que el turismo nacional va a ser el foco prioritario para todos porque sabemos que en el mercado internacional va a existir ese miedo a la vuelta que se va a unir con la dificultad de poder volver. Hay muchos países que están tomando decisiones unilaterales y que no van a permitir que sus ciudadanos viajen fuera… Dependemos de cómo se juegue a nivel global con las fronteras y los vuelos, porque aunque tú estés preparado con los hoteles con todas las medidas de seguridad y la gente trabajando, el público internacional no va a poder llegar a nuestro destino. Así que se sabe que el público mayoritario va a ser el doméstico, el nacional y dentro del nacional, el local. Habrá que ver si es efectivo. 

«El turismo nacional va a ser el foco prioritario»

Mi opinión es que esta situación va a provocar una batalla de precios, y es normal y tiene cierta lógica en un mercado de este tipo. Es un mercado en el que tienen unos costes fijos muy fuertes y en el que el ingreso variable que te entre significa mucho para mantener tu sostenibilidad, y en el caso  de que no entre lo suficiente, a lo mejor te interesa más cerrar.

«Nadie sabe cómo va reaccionar la demanda del mercado»

Creo que va a ser muy difícil, casi imposible, que se llegue a una opinión común consensuada de marcar precios. Primero, porque nadie sabe qué precio es el que se tiene que marcar, porque nadie sabe cómo va reaccionar la demanda del mercado. Pero es que aunque se fijase un precio ideal es muy difícil porque cada empresario tiene una situación distinta. No es lo mismo una cadena con un pulmón financiero bueno, que esté muy sólida y pueda aguantar bien y se pueda mantener en su precio porque puede aguantar, que un hotelero que tenga una situación financiera muy límite y que la continuidad de la empresa dependa de tener más de un 40 o 50 % de ocupación. La sensibilidad es tan  distinta, que poner de acuerdo a esos dos señores es muy complicado. Un empresario va a estar de acuerdo con una medida que le asegure que va a tener su beneficio conseguido. Por eso digo que creo que llegar a una alienación de precios va a ser muy complicada. 

Vamos a entrar en una batalla de precios en los que va a haber algunos partners, y a lo mejor el sector de lujo va a mantener sus precios o no van a bajar mucho porque no quieren entrar en una guerra de precios con su tipo de cliente. Algunos podrán hacer eso, pueden ser sólidos y se van a mantener con una política de precios más o menos razonable y puede que tenga un cliente que admita eso, un valor diferencial que se lo permita e incluso capacidad financiera. Pero también habrá  muchos que por necesidad, porque no les quede otro remedio, o porque su cliente no pueda reaccionar bien a mantener la política de precios, van a entrar en una guerra, porque el nivel de desesperación depende del negocio y eso va a contar. 

Anantara Villa Padierna

Algunos empresarios del sector MICE aseguran que los eventos que se están posponiendo para el último trimestre del año se están cotizando a precio de temporada alta… ¿Acierto o error de los hoteles querer subir los precios para esas fechas?

Es muy difícil resolver esa pregunta si no estamos en ese nicho de negocio. El MICE de eventos es muy particular. El turista normal no puede mover sus vacaciones de verano de fecha, pero en el MICE es distinto. Es cuestión de oferta y demanda. Si hay una tendencia en este tipo de negocios de trasladar los eventos que se iban a celebrar en abril o mayo a octubre o noviembre, te puede escandalizar que se marquen precios de agosto en esas fechas, pero si eres un operador de MICE de una gran cadena hotelera y estás viendo que lo que te llega es que los grandes operadores de eventos te piden fechas para noviembre u octubre, sube la demanda para esas fechas . Y si eso pasa, es muy natural que el MICE – que tiene una carga financiera fuerte y es una linea de negocio que está funcionando- quiera sacarle el máximo rendimiento posible para compensar las pérdidas que están teniendo por otro lado. Es oferta y demanda y es natural que pase así. 

«Todo esto son teorías, porque va a depender mucho de cómo evolucione la crisis sanitaria»

Se están barajando muchas opciones sobre cómo vamos a poder ir a las playas, que siguen siendo nuestro principal reclamo turístico en temporada alta. ¿Se está hablando de ello entre los hoteleros? 

Creo que no se está tratando cómo debería. Entiendo que las playas se están manteniendo a nivel de conservación por parte de los ayuntamientos. Y por otro lado, creo que en la Costa del Sol va a ser posible mantener una distancia de seguridad si se planifica bien. 

«Vamos a encontrarnos con escenas propias de una película de ciencia ficción»

Lo que es seguro es que vamos a ver y vivir situaciones extrañas al principio. Aunque todo esto son teorías, porque va a depender mucho de cómo evolucione la crisis sanitaria. Si mañana empiezan a salir noticias de tratamientos o vacunas que funcionen, a lo mejor las medidas se relajan. Todo va a depender de eso, y lo que va a ser natural, es que al principio vamos a encontrarnos con escenas propias de una película de ciencia ficción. Vamos a encontrar que en la recepción de un hotel nos reciban detrás de una mampara de plástico. O que en un restaurante las mesas tengan que estar más separadas y entre los mismos comensales tengan que tener huecos en medio. Nos vamos a encontrar marcadores en los pasillos de los hoteles para que la gente circule por un lado u otro y no se mezcle. O que en una playa haya equipos de policías y socorristas que se aseguren que la gente mantenga distancias de seguridad. 

El Chiringuito de Puente Romano

 

 

«La mayoría de reservas de julio, agosto y septiembre por el momento se mantienen»

The Top del hotel Molina Lario

Teniendo en cuenta la incertidumbre que hay actualmente, hay algún consejo que puedan ir adoptando los hoteleros en previsión a lo que pueda pasar…

El primer consejo es que intenten mantener su línea de ingreso. La mayoría de reservas de julio, agosto y septiembre por el momento se mantienen. Hay que intentar mantener a la gente que ya tienes interesada; para eso lo más importante es que pienses en qué tipo de cliente tienes y en cómo le debes hacer sentir tranquilo. No es lo mismo un cliente juvenil, que un cliente familiar que un cliente de edad madura. La percepción de miedo que tiene cada tipo de cliente y la respuesta que tienes que dar a cada uno es distinta. A lo mejor la respuesta que tienes que dar al más joven es una cuestión más económica y que va a tener una cierta actividad garantizada, y al cliente de más edad lo que tienes que garantizarle es que vas a tener una situación de seguridad y de control. Es de sentido común; sabes qué cliente tienes y cómo tocar a ese cliente según el nivel de miedo y la percepción de miedo que tenga ante la crisis, que es el principal enemigo que tenemos ahora mismo. 

El miedo, un enemigo invisible a los ojos como lo es el coronavirus, pero dañino, muy dañino y que tiene un enorme protagonismo en el panorama económico mundial. Ojalá todo pase cuanto antes y se encuentre esa vacuna o tratamiento que nos devuelva a una normalidad que permita al sector turístico, trabajadores y proveedores reincorporarse a la actividad del que es el principal motor económico de la provincia de Málaga. 

Fotos Hotel Puente Romano: Manuel Martos

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