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Carlos Díez de la Lastra, director de Les Roches, en el almuerzo de Amprem

Carlos Díez de la Lastra, director de Les Roches, en el almuerzo de Amprem

El almuerzo de la Asociación de empresarias de Marbella, Amprem, del mes de mayo se celebró en el restaurante ‘Alain’ en Puerto Banús. Una treintena de empresarias se dieron cita para charlar, hacer networking y para disfrutar de la ponencia del director de la Escuela Internacional de Alta dirección hotelera Les Roches, Carlos Díez de la Lastra.

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Este centró su conferencia en los cambios que se están produciendo en el ámbito educativo y los retos que se presentan ante las nuevas generaciones de estudiantes.



Díez de Lastra explicó que entró profesionalmente en el mundo educativo como algo transitorio, sin embargo la educación lo cautivó y pronto cumplirá 19 años en el sector. Entre los motivos que le atraparon está que a diferencia de otros trabajos el sector de la educación ofrece la posibilidad, «si te involucras y lo vives con pasión», de transformar la vida de los estudiantes y que estos tengan un futuro mejor. Por tanto de alguna forma se contribuye con la construcción de una sociedad mejor.

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En su intervención destacó el impacto y la evolución que está teniendo la educación, en un momento en el que nos encontramos en un cambio en todos los sentidos.


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Se mostró contrario a las prioridades actuales del sistema educativo español y argumentó sus motivos. Como ejemplo puso a los países nórdicos, donde se da mayor  importancia a los ciclos educativos en los que están los niños más pequeños. De esta forma, explicó, como las oposiciones para acceder al profesorado son más difíciles y están mejor pagados los puestos cuanto más pequeños sean los alumnos: «Viendo mi experiencia, y las que sois madres lo sabréis, el esfuerzo para educar a un niño es más pequeño que el esfuerzo que tienes que hacer para corregirle cuando ya es más mayor. Si le educas una hora al día cuando es pequeño, te ahorras 10 horas de cuando sea más mayor. Es una regla básica que se cumple siempre. Si a un niño le das una buena base cuando es pequeño cuando llega a la universidad el trabajo es muy fácil”.

«El esfuerzo para educar a un niño es más pequeño que el esfuerzo que tienes que hacer para corregirle cuando ya es más mayor»

Según su experiencia en la dirección de Les Roches hay una alto porcentaje de alumnos que llegan porque los padres buscan que los reconduzcan: «En la mayoría de los casos los conseguimos pero otras veces no, porque no se ha hecho bien el trabajo desde la base. Evidentemente los colegios influyen, pero la primera base es la familia”.

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Sobre el cambio de mentalidad y comportamiento que se está produciendo en las generaciones más jóvenes el ponente relató como en un encuentro de profesores de una Universidad privada con el responsable del informe PISA, estos mostraron su preocupación por cómo son y se comportan los alumnos actuales. Sin embargo de aquel encuentro él mismo aprendió una lección. Según el responsable del informe PISA y basándose en estudios realizados a los cerebros de jóvenes estudiantes actuales a través de escáners, y comparándolos con las pruebas realizadas a estudiantes de anteriores generaciones, los resultados demostraron que los jóvenes de ahora no son peores, son distintos, incluso fisiológicamente distintos. Ante un mismo estímulo tienen una distinta reacción: «No es algo sin importancia, afecta a todas las generaciones que están llegando. Los jóvenes empujados por las nuevas tecnologías, las redes sociales y las distintas formas de comunicarse entre ellos, piensan distinto. Son mas ágiles a la hora de conectar distintas áreas cerebrales y son menos capaces de analizar en profundidad. Es una realidad física. Tenemos dos opciones como educadores: dedicarnos a otra cosa o adaptarnos a ellos. Las metodologías están cambiando para adaptarse a ellos. Son personas que son mucho más ágiles pensando pero no ven necesario ese análisis tan profundo. Pero posiblemente para lo que van a vivir es lo que necesitan, porque el ser humano evoluciona para la supervivencia”.


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Ante esto afirmó que a toda la población adulta se nos plantea un reto pero también una oportunidad de aprender de ellos y de replantearnos nuestra vida bajo otro prisma: «Primer consejo que intento aplicarlo a mi mismo: No los critiquéis, no los juzguéis, nos están dando lecciones y nos van a dar muchas lecciones de cómo piensan y hacen las cosas. Aprendamos de ellos. A veces son lecciones duras y dolorosas que nos hacen replantearnos cosas que consideramos axiomas base de nuestra manera de pensar y de ser. Cuando un chaval te hace darte cuenta de que eso que para ti es tan válido en tu vida a lo mejor no es tan válido, es duro. Esos desafíos nos los plantean a los educadores con mucha constancia por eso duele menos y te acostumbras a cambiar con ellos”.

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Teniendo en cuanta esta nueva realidad volvió a reiterar que el planteamiento del sistema educativo español no es el correcto ni desde la base ni tampoco en cómo se aborda la educación en la Universidad: » El valor del sistema educativo español, sobre todo en la educación superior, tiene algunos problemas y uno de ello es pensar que el conocimiento sigue siendo lo importante. Es un gran error. El conocimiento es cada vez menos importante. Empiezan a ser más importantes las competencias para hacer uso de ese conocimiento y las habilidades personales para saber relacionarse y conectarse con la gente”. Su cerebro reacciona de manera distinta y sus conexiones son más frecuentes, más ágiles y en distintos niveles por lo que el sistema debía adecuarse a eso: » Ya no vale con saber comportarte en una mesa diplomática a la hora de comer, ahora tienes 10 entornos físicos pero además virtuales en los que tienes que comportarte de manera distinta”.

«Empiezan a ser más importantes las competencias para hacer uso de ese conocimiento y las habilidades personales para saber relacionarse»

El proceso de adaptación, apuntó, debería comenzar con la elección del profesorado: «Sabemos que el conocimiento en sí ya no es tan importante pero las grandes universidades tradicionales españolas siguen basándose en el conocimiento para contratar a sus profesores. Yo me pregunto por qué cuando contratamos a los profesores no les hacemos una prueba para ver cómo comunican o cómo transmiten. ¿Qué es más importante saber o hacer que los demás se apasionen por saber?”. Puso como ejemplo que una persona puede ser un gran investigador pero un profesor nefasto. Y eso actualmente no se tiene en cuenta.



Las nuevas generaciones también suponen un reto en la forma en la que  la institución educativa se relaciona con el alumno: » Yo tengo un director de operaciones que tiene la difícil labor de cuidar la disciplina y cuidar al estudiante a la par. Si quieres más disciplina tienes que cuidar más al estudiante. Si quieres que te respete como un sargento tienes que cuidarle como un padre. Pero la combinación asimétrica, las universidades que quieren exigir mucha disciplina pero no se preocupan por el estudiante, no van a conseguir nada. Y los que cuidan mucho al estudiante pero se olvidan de la disciplina no van a conseguir transformarlo. El nivel de disciplina tiene que ir a la par del nivel del cuidado del estudiante. La dedicación tiene que ser sincera y hacer lo que tú querrías para tu hijo”.

«Si quieres que te respete como un sargento tienes que cuidarle como un padre»

En este punto explicó que en Les Roches, un centro en el que actualmente hay 800 estudiantes matriculados, la disciplina es fundamental: «Nosotros pasamos revista por la mañana y si no llevan el uniforme perfecto están sancionados. Si llegan un minuto tarde a clase están sancionados. Tienen 6 puntos por semestre y si los pierden son expulsados definitivamente. Cada semestre expulso a 5 o 6 estudiantes, pero es que si no hacemos eso perjudicamos al resto de los estudiantes. La educación transforma a las personas”.

«La educación transforma a las personas”

Del papel de los profesores dijo que son los que tienen que enseñar al alumno a desenvolverse en la vida, tiene que ser es un maestro: «Y lo puedes transformar mucho o poco, y depende también la dirección en la que lo transformas. El profesor tiene que ser consciente de ello. Un mal profesor puede transformar en el sentido contrario de lo que el alumno necesita y eso hay que tenerlo en cuenta”. Por este motivo pidió que se le diese más importancia y valor a la labor que se hace desde las aulas.

Evidentemente reconoció que el conocimiento es necesario como base para entrenar la mente, para que tener unas habilidades mejor formadas, pero que no se puede dejar de lado que ahora mismo la realidad es distinta a hace 20 años: «Hoy en día con internet te conviertes en un erudito de cualquier tema en 24 horas. Lo importante es comunicar bien y llegar a la gente, tener esa empatía, esa capacidad de síntesis, de saber lo que motiva a tu audiencia. Cada vez el conocimiento es más accesible. Lo que importa es saber dónde buscar, saber abstraer lo que es más importante y saber entender lo que la gente va a valorar de eso que es importante, y sobre todo como enlazar las dos cosas de forma que construya, que motive y que estimule”.

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Por último y como receta personal ofreció a las participantes una sugerencia: «Todo el mundo tiene al menos un minuto interesante en su vida. Buscarlo en las relaciones con los demás. Y además haceos una pregunta: ¿Qué es lo que da sentido a mi vida y me apasiona?. Preguntaos si es lo que estáis haciendo”.

Un encuentro muy enriquecedor en el que las socias de Amprem se fueron con algunas ideas más claras sobre la apasionante transformación del mundo en el que vivimos.

Fotografía: Javier Nuñez

Ana Porras Guerrero

Directora en Yo soy Mujer

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